30 abr. 2024

El patrón

Un informe de la organización Desarrollo en Democracia, desde su unidad Observatorio del Gasto Público, señala que en el Paraguay el gasto salarial público subió en un 70% en los últimos nueve años.

Entre el 2000 y el 2022 el desembolso en sueldos y beneficios pasó de los 2,40 a 19,99 billones de guaraníes, lo que equivale a un crecimiento del 733%. Dicen los analistas que esto se debe, principalmente, a los aumentos salariales descontrolados, aunque también debe considerarse el incremento del plantel en las diversas entidades.

En Paraguay, el Estado es el principal empleador: a fines de junio de 2022 teníamos 338.007 funcionarios, quienes prestan servicios en 412 organismos y entidades de los tres poderes del Estado (Legislativo, Ejecutivo y Judicial), a nivel Gobierno Central, departamental y municipal, según informe de la Secretaría de la Función Pública.

El reporte de Dende menciona la promulgación de la Ley de Responsabilidad Fiscal de 2013, normativa que limitó el déficit fiscal en el 1,5% del PIB y prohibió los reajustes por encima de la suba del mínimo. Pero bueno, como siempre le encuentran una vuelta de tuerca, esas limitaciones se desvirtuaron. Es así que entre el 2013 y el 2022 el gasto en sueldos y beneficios ligados creció 1,7 veces, es decir, en un 70%; y pasó de los 11,82 a 19,99 billones de guaraníes. Los entes que más aumentaron su desembolso en el rubro 100, o sea salarios, fueron el Ministerio de Trabajo, Ministerio del Interior (Policía Nacional) y el Ministerio de Educación.

Volvamos entonces al inicio. Estamos hablando del gasto público, en este caso del gasto salarial público. Ese es el gasto del Estado, de la administración del Estado para, básicamente, satisfacer las necesidades de los ciudadanos. ¿Entienden? Ese montonazo de dinero de nuestros impuestos debe estar destinado a que nosotros los ciudadanos tengamos buenos y eficientes servicios, y sobre todo, calidad de vida.

Ahora demos un paseo por la realidad: la calidad de vida que le dan al pueblo paraguayo.

Para Salud se destina apenas el 2% del PIB, y en esto somos la vergüenza mundial probablemente, pues el mínimo debería ser el 6%. A esto debemos agregar la histórica mala gestión (unos 80 años), ya que a cada rato hay retrasos de pago a proveedores de medicamentos y por eso surgen las crisis de medicamentos e insumos en los hospitales públicos. De infraestructura, mejor ni hablar, sabemos el infierno por el que atraviesan los padres de bebés para los que no hay Terapia Intensiva.

En cuanto a educación, en Paraguay el Estado invierte 800 dólares en cada estudiante, y es uno de los más bajos de la región y del mundo. Dividiendo los USD 1.125 millones del presupuesto del MEC por la cantidad de alumnos matriculados (1.400.000) da una suma de USD 800. La cuestión es que, de estos 800 dólares, el 90% se destina a salarios; por eso, ¡la inversión de verdad en cada alumno queda apenas en 80 dólares!

Según los economistas, en países como Israel, Finlandia o Japón invierten 20.000 dólares por alumno cada año; y que países como Canadá, Países Bajos y Bélgica incluso alcanzan 25.000 dólares.

Lo que te quería explicar es que vos con el fruto de tu trabajo y tu esfuerzo diario, con un salario que sabemos apenas alcanza, mantenés a la gigantesca estructura del Estado; entre otras cosas, el gasto salarial público. Si no tenés IPS, no te preocupes, porque estás manteniendo a la Caja Fiscal, que está colapsada; ahí están incluidas las jubilaciones de militares y policías, cuyo déficit está siendo financiado por impuestos de gente como vos, que nunca va a tener una jubilación.

Los que viven de salarios mínimos, padecen al IPS, o la salud pública; todos aquellos que pagan sus impuestos son los patrones. Claro que en Paraguay todo funciona al revés, pues aquí el gasto público se lo quedan ellos y le dejan a la gente sin escuelas y sin terapias para los bebés.

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