05 may. 2024

El genio de Don Efrén Echeverría

Don Efrén Kamba’i Echeverría se hizo solo. La guitarra fue su refugio, su cuna, su cómplice, la fórmula de supervivencia que le dio inspiración y todo tipo de satisfacciones.

Foto Kamba'i

“Desde su nacimiento Kamba’i aprendió a tocar todo lo que iba escuchando”. Foto: Archivo ÚH.

Por Tania Ramos | Guitarrista clásica | guittania@gmail.com

Actualmente, la guitarra sigue siendo su salvación, la que le otorga soplos de vida cada vez que sale a compartir veladas inolvidables con músicos y amigos con quienes saca a relucir su conocimiento de la música paraguaya con su particular estilo de tocar la guitarra.

Desde su nacimiento Kamba’i aprendió a tocar todo lo que iba escuchando, por lo que la riqueza y variedad de las maneras de tañer la guitarra fueron enormemente enriquecidas por su destino de músico errante.

Jangadero, mensú, obrajero..., dio a luz piezas que sorprenden por los efectos imitativos que la embargan.

Toda la vida de este extraordinario compositor, guitarrista y recopilador de las costumbres populares salen de los cánones establecidos. Su infancia en el pueblo de Lima, en San Pedro de Ycuamandyyú, se perfilaba como un niño cuyo destino estaría marcado para siempre por la pobreza y el abandono de nuestras regiones apartadas del interior; sin embargo, el anga (espíritu) de la música fue al encuentro de su destino artístico, y superando la adversidad de la pobreza y falta de oportunidades, trascendió con un exceso de originalidad que innovó el estilo de la guitarra, convirtiéndola en solista en el ámbito de la música folklórica.

El gran legado de Don Efrén para la técnica guitarrística es la “melodía rasgueada”, que la definiremos como la melodía que se va ejecutando a la par del acompañamiento rítmico y armónico producido con el rasgueo.

Con esta técnica, los dedos de la mano derecha van seleccionando las cuerdas donde está cantando la melodía, a manera de plectro, mientras los demás dedos no pierden el ritmo que se está interpretando, combinando de esta manera el rasgueo popular con el punteo.

Cuando los dedos de la mano derecha (excepto el pulgar) se deslizan por la parte externa de las cuerdas, los dedos de la mano izquierda deben presionar con mayor fuerza las cuerdas que en ese momento contienen la melodía. Cuando, siguiendo el ritmo que se está ejecutando, corresponde hacer el movimiento contrario, alternado con el pulgar, es este el que debe elegir ahora las cuerdas correspondientes.

Esto sería mucho más fácil si toda la melodía estuviese en la primera cuerda, pero no es el caso en la mayoría de las músicas, por lo que hay que ir “haciendo cantar” la segunda, tercera o cuarta cuerda o una combinación de ellas.

La masa de sonidos producidos por la ejecución simultánea de todas o la mayoría de las cuerdas tienen también otra dificultad al cantar la melodía a la vez que se realiza el acompañamiento: la posición de la mano izquierda va variando y ese movimiento no permite que el acorde esté fijo, por lo que se producen otros sonidos “extraños” a la armonía. Esto se corrige a través de la presión selectiva de los dedos de la mano izquierda, que a veces actúan como silenciadores de las cuerdas.

A modo de síntesis, podríamos decir que el aporte de Don Efrén Echeverría a la guitarra se manifiesta en sus siguientes características:

- INNOVADOR: Con el desarrollo de una técnica única, la “melodía rasgueada”. Esta técnica y la afinación particular que él utiliza permiten incorporar al repertorio guitarrístico aquello que era exclusivo del arpa o las bandas.

- RECOPILADOR: Mucho del repertorio de Don Efrén son melodías antiguas que se han salvado de sucumbir en el olvido. A través de sus imitaciones con la guitarra, también logra rescatar las vivencias de una época, un estrato social del país y de una geografía.

- COMPOSITOR: Compuso aproximadamente 15 composiciones, entre las que se pueden citar “Ryguasu kokore”, “Jagua’i karê”, “Belenpeguare”, “Vakara’y Chipelo”, “Ka’ípe”, “Itavera”, “Vallegua"; “Avy’a aikóvo”, “Chopi ko’êju”, “Mita akãhatã”, “Ama kuarahy”, “Guata jeruti”, “Taita Jose”, “Pueblo de Lima”, “Angelito”, todas ellas instrumentales.

- IMITADOR: Convirtió a la guitarra en un reflejo de la realidad y la cotidianidad que él vivió y que se sigue viviendo en el ámbito rural del Paraguay, con sus adaptaciones del “Pericón con sus relaciones”, “Rezo del Santo Rosario” y sus melodías más conocidas: “Ryguasu kokore” y “Jagua’i karê”

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