En plena ola de frío, los niños y adolescentes de la comunidad Yaguareté Forest enfrentan una dramática situación: Asisten a clases sentados alrededor de fogatas, intentando combatir las bajas temperaturas para poder estudiar.
Son 170 alumnos, desde preescolar hasta el tercer año de la media, que acuden diariamente a la Escuela Básica N° 7108 y al Colegio Nacional República del Paraguay.
La institución contaba con un pabellón de cinco aulas construido hace 21 años, pero fue clausurado por representar un riesgo para docentes y alumnos.
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Desde entonces, más del 50% de los estudiantes quedó sin aulas. Pero continúan desarrollando las clases al aire libre en condiciones vulnerables.
“Es lamentable ver a los chicos así. Yo misma fui alumna acá. Estudié en estas mismas condiciones. Me recibí de docente y ahora regreso para enseñar y el sufrimiento continúa. Pedimos a las autoridades que escuchen nuestro clamor”, expresó conmovida la profesora Nora Martínez.
Cada mañana, los estudiantes llegan con leña, carbón o cartones para encender fogatas. Luego se sientan en círculo alrededor del fuego para tratar de aprender algo, pese a la precariedad.
El director de la institución, Sixto Lezcano, lamentó que, a pesar de haber recibido mobiliario nuevo, no cuentan con aulas adecuadas.
“Nos enviaron pupitres chinos, pero no tenemos dónde usarlos. Esa es nuestra realidad. Tampoco contamos con internet”, denunció.
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Actualmente están en construcción dos nuevas aulas con financiamiento de la Municipalidad y la Gobernación local, pero la necesidad urgente es de al menos cinco para garantizar condiciones dignas de estudio.
Los docentes, padres y estudiantes instan al Gobierno Nacional a intervenir de forma urgente, exigiendo igualdad de oportunidades y el derecho fundamental a una educación segura y digna.