29 may. 2024

Desde Caacupé, la Iglesia habla de los grandes dolores del país

En el novenario de la Virgen de Caacupé, la Iglesia –desde las homilías de los obispos– alza su voz a favor de la honestidad en el manejo de los bienes públicos, al tiempo de fustigar a los corruptos y sostener que hay que poner fin a la narcopolítica. Las predicaciones ponen el dedo en la llaga de los grandes dolores del pueblo paraguayo, reclamando que el dinero destinado a la inversión social llegue a destino y no quede en manos de intendentes irresponsables que se enriquecen a costa de los recursos que debieran crear mayor bienestar en la población. La palabra comprometida de los pastores eclesiales llega en un momento más que oportuno a la sociedad.

Con homilías críticas del actual estado de cosas en el país, la Iglesia paraguaya, en el novenario a la Virgen de Caacupé, comparte su pensamiento con una ciudadanía atenta al mensaje de una institución que trata de recuperar su rol orientador en la sociedad paraguaya.

Tras la visita del papa Francisco, es la primera vez que el colegiado episcopal habla de un modo tan claro y categórico al pueblo paraguayo. El tono de su intervención en las prédicas de cada una de las misas celebradas es el de una Iglesia que apuesta a un mayor bienestar de todos, censurando la conducta de los que ejercen el poder sin considerar que deben estar al servicio de mejores condiciones de vida para todos los ciudadanos.

En la homilía de apertura del novenario, monseñor Gabriel Escobar, vicario apostólico del Alto Paraguay, dijo que la ignorancia, el miedo y la corrupción son flagelos que se tienen que erradicar de nuestro país, por el grave daño que causan al tejido social de la nación.

El domingo pasado, monseñor Lucio Alfert, titular del Vicariato Apostólico del Pilcomayo, cuestionó a los intendentes que desvían dinero del Fondo Nacional de Inversión Pública y Desarrollo (Fonacide), indicando también que hay que acabar con la narcopolítica, esa perversa conexión entre los traficantes y productores de drogas con autoridades que les amparan y otorgan impunidad.

Asimismo, lamentó la situación de explotación y marginamiento en la que viven los indígenas –cuya población está estimada hoy en unas 120.000 personas de las dos regiones del país, la Occidental y la Oriental–, apuntando que sus carencias materiales son tan graves, que es necesario que las autoridades y la sociedad civil pongan atención a los problemas de los pueblos originarios.

Monseñor Adalberto Martínez, obispo destinado a la pastoral de militares y policías, dijo, en tanto, ayer, que “se debe poner fin a la mafia del narcotráfico” que expone al peligro diversos aspectos de la realidad nacional.

Teniendo aún presentes las recientes palabras del papa Francisco en nuestro país, realizó una autocrítica destinada a la Iglesia paraguaya como institución que requiere también de profundos cambios y mayor coherencia entre lo que dice y lo que hace en su labor evangelizadora.

En momentos en que la corrupción al desnudo –en instituciones como la Universidad Nacional de Asunción (UNA), la Contraloría General y la Justicia Electoral– motiva una sana reacción ciudadana, reclamando honestidad a los administradores de los bienes públicos, el verbo comprometido de la Iglesia refuerza la aspiración de contar con un país libre de corruptos y de narcopolíticos que se acercan al poder para conseguir impunidad.

Más contenido de esta sección
A poco más de dos semanas del inicio de las clases en las instituciones educativas oficiales, nos encontramos frente a un desolador y conocido panorama: el abandono de las escuelas públicas. En un rápido recorrido de UH por algunos establecimientos se comprueban pisos hundidos, techos con goteras, letrinas en vez de baños, sin acceso a energía eléctrica o agua potable. Ese es precisamente el estado de la educación pública en el Paraguay, un país desigual que les niega las mínimas oportunidades a sus niños y jóvenes.
Nos encontramos en medio de una nueva epidemia, esta vez es el dengue y la peor noticia, además del costo de vidas que está teniendo es el hecho de que se trata del mismo vector: el Aedes aegypti. Muy pronto la población y las autoridades olvidaron el impacto que tuvo dicho mosquito con la anterior epidemia, aquella vez de chikungunya, que dejó no solamente un tendal de fallecidos, sino además personas que sufrieron largas secuelas de la enfermedad. Resulta inaceptable a estas alturas que un mosquito siga causando crisis en nuestra salud.
No sé el motivo por el cual Hernán Rivas es tan importante para Honor Colorado. El hombre pasea su insolencia por los tres poderes del Estado con total impunidad y, pese a las evidencias de su impostura, sigue disfrutando de una inalterable protección política
A pesar de que ya se había advertido, desde el año pasado, que el verano podría llegar con una epidemia conjunta de dengue y covid-19, poco se ha hecho para evitar las terribles consecuencias de una nueva crisis en el sistema de salud. Las predicciones se están cumpliendo, atendiendo a los datos de Salud Pública; por semana se están contando los casos de Covid-19 y dengue con un aumento del 30%. Mientras, los servicios ya están comenzando a colapsar, mostrando preocupantes imágenes de pacientes en las urgencias aguardando ser atendidos.
El pasado miércoles Nenecho Rodríguez tomó la decisión más aplaudida desde que es intendente de Asunción: Suspendió sine die la vigencia del estacionamiento tarifado de la empresa Parxin.
Hasta hace unos días, creía que el término “nepo baby” era un neologismo creado localmente a raíz del actual escándalo de nuestro Parlamento. Wikipedia me informa que ya fue tendencia en TikTok en 2022, pues fue la palabra con la que los usuarios señalaban a los que se volvían famosos simplemente por ser hijos de artistas famosos.