21 dic. 2025

Desarrollo respetuoso hacia la dignidad humana

Dos situaciones demográficas influirán en el desarrollo nacional a mediano plazo. Primero, el último reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra una significativa baja en la tasa de natalidad de Paraguay y una tendencia a mayor disminución. Segundo, el informe preliminar del estudio actuarial 2024-2100 del IPS señala un desfasaje entre menos aportantes, por la baja natalidad y el envejecimiento progresivo de la población, y más beneficiarios, debido a la mayor esperanza de vida y acceso al sistema. Es necesario encontrar un camino realista y acorde a la dignidad de las personas para enfrentar estos desafíos.

Según las proyecciones del IPS para el año 2100, la cantidad de cotizantes se duplicará, de 859.008 en 2024 a 1.859.971, pero el número de beneficiarios se multiplicaría por diez, alcanzando 879.657 jubilaciones y pensiones. Claro está que se trata de un estudio actuarial, el cual es un análisis financiero que usa probabilidades, por supuesto, está sujeto a cambios. De todos modos, el Instituto de Previsión Social (IPS) advirtió que la sostenibilidad del Fondo Común de Jubilaciones y Pensiones podría verse comprometida, si no se toman medidas para mantener la rentabilidad y asegurar el financiamiento.

También es muy significativa la baja en la tasa de natalidad de Paraguay, que disminuyó de 6,55 hijos por mujer en 1950 a 2,19 en 2020, y se estima que llegará a 1,72 en 2050, lo cual significaría entrar en un no recambio poblacional que nos afectará en lo social y económico. Las causas principales de este fenómeno incluyen las políticas contraceptivas promovidas desde hace 30 años por el Ministerio de Salud en coordinación con entidades internacionales como el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la International Planned Parenthood Federation (IPPF), que trabajan tanto en el diseño como en la implementación de las políticas nacionales. A esto se suma el aumento de la urbanización, la incorporación de la mujer al mercado laboral y cambios culturales relacionados a la disgregación familiar, la forma de ver la maternidad y la apertura a los nacimientos de hijos en la familia.

Para ambas situaciones poblacionales, señaladas por las estadísticas, es necesario tener una madurez política y una visión personalista que garantice el respeto a la vida humana desde la concepción hasta la muerte natural, y no caer en las trampas materialistas que relativizan el valor de las personas, reduciéndolas a simples datos y sometiéndolas a políticas neomalthusianas que han fracasado en los países donde se han implementado.

La obsesión de ciertos organismos internacionales, sobre todo desde la Conferencia de ONU sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo en 1994, con su Programa de Acción centrado en la contracepción, el aborto, la promoción de la perspectiva de género y la desvalorización de la familia tradicional, ha tenido mucho que ver en los cambios estadísticos de muchos países del mundo, que hoy legalizan el aborto y la eutanasia como formas de paliar, lo cual no condice en lo absoluto con nuestra cultura. El Informe del diplomático Henry Kissinger (NSSM-200) en los años 70 quiso unir la seguridad de EEUU y los países desarrollados al control de la conducta y de la natalidad en los países en desarrollo, pero fracasó. Aunque quedan residuos de su pensamiento político en ciertas agendas globales, debemos unirnos a las naciones libres y seguir otro camino de prosperidad que anteponga a las personas.

El desarrollo sostenible solo tiene sentido si parte, y a la vez apunta, a la dignidad de la persona humana, así como al resguardo de sus derechos esenciales, a la vida, al trabajo, a la salud, a la educación, a la libertad y a la trascendencia generacional.

La difusión de los valores comunitarios, la protección de la familia, el apoyo a las mujeres madres, el cuidado de los jóvenes para que los mismos no se conviertan en sujetos de experimentos de ingeniería social o víctimas del consumismo, el cuidado de las personas mayores y vulnerables, el buen uso de los recursos y la potenciación de una economía que fomente las iniciativas empresariales, sin descuidar los derechos laborales, son formas concretas de revertir los datos desfavorables, sin caer en las trampas de los colonizadores ideológicos que no respetan la soberanía cultural del Paraguay.

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