@lizanaliapy
El abogado Orlando Castillo describió las políticas que hoy están en marcha ante la problemática adolescente que en realidad son muy reactivas y guiadas por una criminología mediática. Sostuvo que hay ausencia de políticas públicas de prevención.
–¿Cuál es la situación de adolescentes en conflicto con la ley en Paraguay?
–La situación de los adolescentes en general es de ausencia de políticas públicas de prevención, de contención y de acompañamiento.
Se ve al adolescente no como un sujeto que necesita acompañamiento y apoyo. Hay una mirada social punitiva hacia el adolescente, una creación de imaginario social del adolescente como peligro, como riesgo, que conlleva una exclusión de los mismos del cotidiano social, y sin respuestas estatales de reconocerlos y escucharlos.
La gente hoy ve un grupo de adolescentes en la calle y automáticamente cambia de acera, y esta percepción se traduce a todos los ámbitos, incluyendo el penal.
No obstante, a este imaginario, en Paraguay se ha dado una importante reducción de la población adolescente en encierro, lo cual contradice a la percepción descripta.
Hemos pasado de 400 chicos con medidas privativas de libertad a nivel país, a contar actualmente con no más de 170 chicos, según datos que manejamos en el MNP.
Esta reducción se da por varios factores, pero donde no podemos dejar de ponderar y reconocer que el enfoque restaurativo ha sido y sigue siendo muy importante.
–¿Cómo se repara el daño causado por adolescente infractor?
–La reparación es una parte esencial de la justicia restaurativa, pero no debemos confundirla con indemnización.
La reparación es mucho más amplia y requiere desprenderse de la rigidez penal de adultos. Las reparaciones con enfoque restaurativo pueden darse de manera directa (con la víctima), indirecta (con la sociedad), material (trabajos sociales, comunitarios), inmaterial (disculpas, explicaciones).
Pero para que se dé una efectiva reparación, tanto para víctima y victimario, para la sociedad y para la Justicia, es preciso contar con jueces, fiscales y defensores especializados.
Para la intervención penal adolescente debemos mirar el todo, tener una mirada holística de la persona y de los hechos en general, buscando una reparación efectiva y satisfactoria para todas las partes.
–¿Paraguay cumple con el enfoque restaurativo penal adolescente?
–Es importante valorar el camino transitado desde que la Corte Suprema de Justicia emitiera la Acordada 917 del 7 de octubre de 2014, por la cual se resuelve ratificar el contenido de la declaración de Lima sobre Justicia Juvenil Restaurativa, donde además creó el plan piloto de Justicia Restaurativa, que actualmente lo ha convertido en programa, con experiencias muy positivas como la de Lambaré.
No obstante, el acompañamiento de la Fiscalía y la Defensa Pública no es la esperada, debido a que no cuentan con programas especializados en penal adolescente.
En este sentido, no solo contamos con un sistema de Justicia Restaurativa que no se consolida por falta de actores especializados, sino del propio sistema penal adolescente.
Seguimos contando con intervenciones no educativas por parte de fiscales ordinarios que no conocen ni entienden el procedimiento penal adolescente y esto lleva a que por ejemplo el 75% de los adolescentes en situación de encierro sean procesados y casi el 70 a 80% de ellos ingresan por primera vez.
A ello se debe sumar la necesidad de que todos los Juzgados Penales Adolescentes cuenten con equipos multidisciplinarios, equipos asesores de Justicia especializados, además de mediadores/as adscriptos al Juzgado, que permitan aplicar el enfoque restaurativo realmente.
–¿Qué políticas son necesarias cambiar para evitar próximos casos?
–Las políticas con adolescentes son muy reactivas y guiadas por una criminología mediática, sin observar las causas y buscando solo el castigo.
Se debe abordar la deserción escolar y la ausencia de políticas sociales que ayuden a las familias a mantener a sus hijos dentro del sistema educativo. Un alto porcentaje de adolescentes en conflicto con la ley han abandonado el sistema educativo entre el tercer y sexto grado, y nadie se dio cuenta que esto ha ocurrido.
En términos de salud, son variados los problemas, desde la ausencia de educación sexual, embarazo adolescente, y lo que más vemos últimamente es el consumo problemático de drogas, pero a todo esto la respuesta es represiva.
Al adolescente con problemas de consumo la respuesta es el encierro y no el tratamiento. Debemos convertir a los adolescentes en sujetos de políticas de protección y de políticas sociales, comenzar realmente a mirar la problemática penal adolescente con ojos restaurativos y no punitivos.
–¿Cuál es la diferencia con el sistema punitivo? ¿Cuál más efectivo?
El sistema de Justicia se encuentra a nivel social muy cuestionado, hay mucha insatisfacción con respecto a su efectividad y esto afecta a la percepción de seguridad.
Esto ha llevado a la necesidad de ver nuevas formas del ejercicio del poder del Estado en mantener la paz social y la seguridad integral de su población.
Las Naciones Unidas definen a la Justicia Restaurativa como una respuesta evolutiva al delito, donde se busca el equilibrio de las necesidades de la comunidad, de las víctimas y los victimarios.
La Justicia Restaurativa vuelve a otorgar un rol central por ejemplo a la víctima, lo cual modifica el sistema penal actual, donde la víctima es representada por la Fiscalía, y la intervención en el proceso es mínima para la víctima, por medio de la querella adhesiva.
–¿Qué hay detrás, por eso aumentaron los adolescentes infractores?
–Diría que hay un aumento en la desatención pública de los adolescentes, en la ausencia de políticas de protección y de acompañamiento. No hay inversiones importantes en la población adolescente. Debemos observar y atender el área de salud, educación, formación laboral, recreación, deportes, que hoy en día no promueven acciones para esta población. Debemos invertir en protección.
–¿Es posible que ellos se reinserten en la sociedad?
–Creo que debemos preguntarnos primeramente: ¿Están insertos los adolescentes en nuestra sociedad? ¿Tenemos una sociedad que mira y cuida a sus adolescentes o una sociedad que mira con temor a sus adolescentes?
El fin de toda sanción es educativa y que ella ayuda a que el adolescente conviva con su comunidad con respeto, pero para ello se deben contar con todos los actores especializados, con políticas públicas, y abordar los problemas que llevaron al adolescente a tener conflictos con la ley.
Debemos convertir a los adolescentes en sujetos de políticas sociales y de protección, comenzar realmente a mirar la problemática penal adolescente con ojos restaurativos y no punitivos.
Un alto porcentaje de adolescentes en conflicto con la ley han abandonado el sistema educativo entre el tercer y sexto grado y nadie se dio cuenta que esto ha ocurrido.
Orlando Castillo
Abogado por la Facultad de Derecho de la UNA, máster en Estudios de Infancias y Derechos del Niño, por la Freie Universität de Berlín, Alemania.
Fue abogado litigante ante el Sistema Interamericano de DDHH, Comisión y Corte Interamericana, en casos de niños soldados.
Es comisionado del Mecanismo de Prevención de la Tortura.