Con los fallos emitidos en diferentes causas tras denuncias por negligencia médica, la Justicia genera la sensación de que es benigna con los clanes médicos. Los casos de Sol Chávez y del niño Renato solo irradian la percepción de que no existe una sanción proporcional al daño causado. Hay que insistir y apelar siempre a la profesionalización permanente de los que ejercen la medicina, porque será la única manera en dispensar un cuidado eficiente y eficaz a los que acuden a los doctores y evitar complicaciones letales por mala praxis.
La especialización y la profesionalización de los médicos en las diferentes áreas son fundamentales para el servicio a los ciudadanos sea en el ámbito privado como en los hospitales públicos. La actualización de ellos es esencial para que acompañen la evolución de la medicina, la que hoy también está estrechamente ligada a la tecnología, porque esta da la posibilidad de diagnósticos más precisos para que la persona que acuda al médico pueda recibir la atención que requiere y para el resultado que anhela.
A la capacitación profesional debe sumarse el cuidado estricto de cada caso, teniendo en cuenta que la atención adecuada implica la salud y la vida misma. Si existe un servicio inapropiado, fuera como fuese el motivo, puede afectar para toda la vida al paciente e incluso como ya ocurriera, causarle la muerte.
Varios casos de presunta negligencia médica fueron denunciados. Uno de los últimos hechos más notorios y que llegó a la Justicia es el de la joven Sol Chávez, quien falleció a los 22 años por la ingesta de flúor recetado en cantidades superiores por la odontóloga.
El Tribunal de Sentencia en un nuevo juicio condenó a la odontóloga Lilia Espinoza a la pena privativa de libertad de dos años, más dos años y medio de prohibición de ejercer la profesión. También sentenciaron por homicidio culposo a dos años de cárcel a la química farmacéutica Sandra Hermosa.
Sobre las penas, María Edith Franco, la madre de la joven, fustigó diciendo que “en este país la justicia es una burla”. En el juicio anterior, que fuera anulado, las sanciones fueron superiores, lo que no deja de llamar la atención.
El Tribunal argumentó ayer que quedó demostrado que existió negligencia médica, que hubo una inobservancia por parte de la odontóloga, que tuvo imprudencia y que la consecuencia fue la muerte de la joven Sol Chávez, por lo que la pena emitida fue muy criticada por los familiares. Además, la Fiscalía solicitó 5 años de cárcel para la odontóloga y la bioquímica y la inhabilitación para ejercer la profesión por igual plazo.
También hay que recordar que en otro caso en julio pasado, un Tribunal de Sentencia absolvió a la pediatra Laura Sena, única acusada por el presunto homicidio culposo de Renato Rojas Talavera, de 2 años, fallecido en un sanatorio privado en agosto del 2019. Otros fueron sobreseídos de omisión de auxilio.
Ante la insatisfacción que se genera por estos tipos de fallos, al no dictarse una sanción más firme ante denuncias por negligencia médica, la Justicia queda expuesta e irradia una sensación de que el Poder Judicial es benigno con los clanes médicos.
Independientemente del debate sobre el tecnicismo jurídico, en los hechos señalados anteriormente hubo víctimas fatales y la percepción que queda es que no existe una sanción proporcional al daño causado por parte del Poder Judicial, aunque en varios de esos casos se pida una pena más elevada.
Pero claro, hablando en líneas generales, está por verse qué tipo de pruebas presenta el Ministerio Público, que es igualmente un aspecto relevante.
Hay que insistir y apelar siempre a la profesionalización permanente de los que ejercen la medicina en todas sus facetas porque será la única manera en dispensar un cuidado eficiente y eficaz a los que acuden a los doctores y evitar complicaciones por mala praxis.
La profesionalización implica un compromiso constante con el perfeccionamiento, con el avance de la ciencia médica, la tecnología, con la formación integral, la ética que significa un trato respetuoso a los pacientes, el cuidado detallado de los procedimientos de rigor y la responsabilidad.