El titular de la Unión Nacional de Jubilados del Paraguay (UNJPy), Pedro Halley, advirtió que la recomendación incluida en el estudio actuarial 2024-2100 de desvincular el haber mínimo jubilatorio del salario mínimo legal vigente (SMLV) podría ser riesgosa y socialmente regresiva.
El informe preliminar del estudio actuarial del Instituto de Previsión Social (IPS) plantea, entre otras alternativas, modificar la citada referencia, proponiendo en cambio vincular el haber mínimo jubilatorio con la base imponible o el salario promedio de cotización dentro del sistema.
El ex gerente de Prestaciones Económicas del IPS explicó que se trata de una recomendación técnica sin carácter vinculante, pero que podría tener consecuencias significativas si se aplica. “El actuario plantea que el haber mínimo no esté ligado al salario mínimo porque este es un factor exógeno, que el IPS no controla. Si un gobierno decide subir el salario mínimo de manera brusca, eso impactaría automáticamente sobre el gasto del Fondo de Jubilaciones. Pero esa lógica es peligrosa, porque desvincula el haber jubilatorio de la capacidad real de subsistencia”, advirtió.
Halley recordó que hasta 2007 no existía un haber mínimo jubilatorio y que, cuando se creó, representaba apenas el 33% del SMLV. Esa proporción fue elevada posteriormente, en 2020, al 75%, beneficiando a unos 18.000 jubilados que salieron de la línea de pobreza. “Con ese ajuste logramos que miles de jubilados dejaran de percibir una miseria, aunque todavía ganan por debajo de la línea de pobreza. Pero fue un paso importante. Por eso, desvincular el haber mínimo del salario mínimo sería un retroceso social”, sostuvo.
DEBER. El ex funcionario afirmó que el IPS, por su fortaleza financiera, puede y debe garantizar un piso digno a los beneficiarios: “El IPS es la institución financiera más poderosa del país, con USD 2.600 millones en reservas y una recaudación mensual de USD 120 millones. En ese contexto, ningún jubilado debería ganar menos de un salario mínimo”, enfatizó.
Criticó, además, que actualmente coexistan distintos niveles de haberes mínimos dentro del régimen, como resultado de decisiones administrativas contradictorias.
“Hoy existen tres categorías de jubilados: Los que cobran el 75%, el 50% o el 33% del salario mínimo. Son tres tipos de miserables, y eso está mal. Debe unificarse el haber mínimo y establecer un piso que garantice dignidad”, remarcó.
Halley insistió en que los problemas de sostenibilidad del fondo jubilatorio no se resuelven recortando beneficios, sino enfrentando los desafíos estructurales del sistema.
“El problema de fondo es la informalidad laboral. Ahí es donde hay que atacar. No se puede seguir estrangulando al jubilado pobre. Las reformas paramétricas –como aumentar la edad o las tasas de aporte– son apenas curitas si no se hacen reformas estructurales en paralelo”, explicó.
Finalmente, advirtió que la pobreza en la tercera edad termina trasladando el costo al propio Estado. “Un jubilado pobre vuelve a depender del sistema público de salud o de la asistencia social. Entonces, al final, el costo no desaparece, solo se traslada. Es una política pública mal diseñada”, concluyó. Pedro Halley también insistió en las reformas estructurales que se deben dar, como por ejemplo, que el modelo financiero de capitalización colectiva necesita ser actualizado o recombinado con otros modelos, pensando en un modelo mixto.
El ex gerente también solicita que la injerencia político-partidaria de cada gobierno sea suprimida. En ese sentido, cuestionó que el IPS sea utilizado como caja chica y agencia de empleo. Remarcó la necesidad de formalizar a los trabajadores y reducir el peso administrativo, entre otras medidas.