Durante el año pasado, los gastos a los cuales la banca matriz apela para controlar la inflación superaron los G. 1,7 billones (que equivalen a casi USD 240 millones al cambio actual), con lo cual se dio un incremento de prácticamente 50% con relación a los gastos de política monetaria del año 2022 (G. 1,18 billones).
En promedio, el costo mensual de la política monetaria fue de USD 19,9 millones durante el año pasado, con un monto inclusive superior al del año anterior, en el cual ya se empezó a dar un salto pronunciado en este tipo de erogaciones. A su vez, las estadísticas muestran que el componente de mayor participación lo configuran las remuneraciones de los instrumentos de regulación monetaria, que incluyen las letras de regulación monetaria, la facilidad de depósitos y otras operaciones de mercado.
incidencia. El mayor costo de la política monetaria en nuestro país guarda estrecha relación con los niveles más altos de tasa de política monetaria que el ente financiero matriz había establecido por un plazo de varios meses entre el 2022 y el 2023. A partir del segundo trimestre de 2022 y en un escenario que en ese momento era de inflación al alza, la tasa referencial que es establecida por el BCP empezó a subir sostenidamente.
En ese proceso, la tasa llegó a un nivel máximo de 8,5% anual, uno de los niveles más altos de los últimos años, y se mantuvo por casi un año, desde setiembre de 2022 hasta julio del año pasado. Sin embargo, la política contractiva rindió sus frutos y en la actualidad la inflación volvió a su ritmo normal, con un crecimiento que fue de 3,7% en el 2023, dentro de lo que se conoce como rango meta.
Con esto, la tasa de política monetaria empezó a mostrar una dinámica diferente, esta vez a la baja. En la actualidad, la referencia fijada por el Banco Central del Paraguay se posiciona en 6,75% anual, luego de la última reunión del Comité de Política Monetaria (CPM), que se concretó este mes. Para los próximos meses, sobre todo para el primer semestre del 2024, se espera que la TPM mantenga una dinámica descendente, lo cual permitiría un menor costo de la política monetaria.