Por Elías Piris | Twitter: @eliaspiris
1- Los coquitos de Camilo
Se conoce como “coquitos de oro” la supuesta sobrefacturación de productos panificados ocurrida bajo la gestión del ex ministro de la Secretaría de Emergencia Nacional (SEN) Camilo Soares Machado, durante la presidencia de Fernando Lugo (2008-2012).
El entonces ministro se vio forzado a dejar el cargo para enfrentar el proceso judicial, en su reemplazo fue nombrada Gladys Cardozo, perteneciente al Partido del Movimiento al Socialismo (PMAS), agrupación política de Soares.
El caso de los “coquitos de oro” continúa trabado en el ámbito de la Justicia: La audiencia preliminar aún no se ha podido realizar puesto que la defensa de Camilo Soares viene recusando jueces desde el año 2011 alegando distintos motivos.
Antes del estallido mediático del caso, Camilo Soares se perfilaba como una de las jóvenes promesas dentro de la política local. Tras las elecciones presidenciales del año 2008, Soares irrumpió en la escena con un fuerte y firme discurso de confrontación a la antigua clase política paraguaya. El caso de los coquitos de oro disminuyó notablemente la popularidad de Camilo Soares.
En las elecciones del año 2013, el PMAS salió de la concertación Frente Guasu y apoyó decididamente la candidatura del ex comunicador Mario Ferreiro, consiguiendo dos escaños en la Cámara de Diputados y ninguno en el Senado.
2- Las “croquetas de oro” en Itaipú
Posiblemente el primer caso mediático que implicó dinero y gastronomía. Corría el año 1994 cuando la Itaipú Binacional abrió un concurso –mediante licitación pública– para la prestación de servicios en el área de la cocina. La empresa Mundy Recepciones fue la ganadora de esta licitación.
La mencionada firma cobró a la Itaipú el monto de G. 3.003.327.420 para la provisión de comida a los funcionarios. Seguidamente Mundy fue recontratada por G 1.500 millones. Lo llamativo fue que la empresa demandó a la binacional pidiendo un monto de G. 10.597.517.565.
La historia fue interpretada como un intento de despojo de dinero a la entidad binacional. Tras diez años de litigio judicial, en el 2008 la Justicia rechazó que Itaipú pague la suma requerida por la empresa Mundy. El caso fue conocido como las “croquetas de oro” ya que el servicio de catering de la mencionada empresa privilegiaba a estos populares bocadillos.
3- Los “caseros de oro” de Ibáñez
Otro sonado caso fue el del diputado colorado José María Ibáñez, conocido como el de los “caseros de oro”.
Todo comenzó cuando una investigación periodística dejó al descubierto que el legislador –cercano al entorno del presidente de la República, Horacio Cartes– hizo figurar como funcionarios del Congreso a tres hombres que prestaban servicios en su casa de campo de la ciudad de Areguá. Estos supuestamente cobraban G. 2.500.000, dinero que no veían a fin de mes.
El caso de José María Ibáñez y los “caseros de oro” se encuentra empantanado en la Justicia. La defensa del legislador logró trabar por quinta vez la audiencia preliminar el pasado mes de enero.
José María Ibáñez se perfilaba como uno de los dirigentes “renovadores” dentro del coloradismo. El caso frenó el ascenso político de Ibáñez, cuya imagen quedó solapada. Tiempo después, el diputado apareció “convertido” al protestantismo (específicamente de la iglesia Centro Familiar de Adoración del pastor Emilio Abreu) y señaló que la religión le fue de gran ayuda en los “tiempos difíciles”.
Es recordado el escrache a Ibáñez en un conocido restaurante de Asunción, lo que motivó la huida del legislador con una sonrisa incómoda.
4- El congreso y sus “funcionarios de oro”
Una investigación periodística reveló los astronómicos salarios de trabajadores en el Congreso Nacional.
Así, la ciudadanía vio con indignación como el director de fotocopias de la Cámara Alta cobraba a fin de mes G. 14 millones, el de mozos G. 10 millones y el jefe de los ascensoristas G. 20 millones, es decir, todos ellos ganaban casi igual a los propios congresistas y mucho más que un trabajador promedio.
El caso no fue más allá de las protestas. El ex titular del Congreso, Blas Llano, planteó la posibilidad de realizar recortes presupuestarios, algo que finalmente no prosperó ante la resistencia de los sindicatos de funcionarios.
5- La “niñera de oro” de Víctor Bogado
Si existe un caso emblemático ligado a la corrupción y que motivó una indignación ciudadana sin precedentes es el de la “niñera de oro” del senador colorado Víctor Bogado.
Una investigación periodística determinó que durante su presidencia en la Cámara Baja, Bogado había comisionado a la señorita Gabriela Quintana a la binacional Itaipú con un salario de primer mundo.
Pese a negar su relación con Quintana, varias fotografías en las redes sociales evidenciaron que la misma cuidaba a los hijos de Bogado, lo que le valió el mote de “niñera de oro”.
El caso, al igual que otros que implican a políticos, se encuentra en la nebulosa judicial.
La ya desgastada imagen de la fauna política local se vio aún más afectada cuando 23 senadores de distintos partidos decidieron blindar a Bogado. Esto motivó masivas movilizaciones de ciudadanos convocados a través de las redes sociales y que conocidos establecimientos cierren las puertas a los senadores que votaron contra el desafuero a su colega. El caso Bogado instaló el “escrache” en la opinión pública.
6- “Secretaria VIP” del contralor
Una investigación de este diario puso al descubierto las malas prácticas en la institución encargada de controlar a las demás instituciones. Paradójico, ¿no?
La secretaria del contralor general de la República, Liz Paola Duarte, trabajaba nada más y nada menos que 27 horas al día según figuraba en los papeles, no obstante, solo marcaba asistencia. La mujer llegó a percibir más de G. 30 millones en un mes gracias a sus “horas extras”.
El ex contralor Óscar Velázquez renunció ante el inminente juicio político. Misma suerte corrió su reemplazante, Nancy Torreblanca. Actualmente el cargo es ocupado por Roy Rodgers, mientras que el proceso de Velázquez en la Justicia continúa.
7- El oro en la UNA y la primavera estudiantil
Una vez más, una investigación periodística de Última Hora ponía entre las cuerdas a los entonces mandamases de la más importante casa de estudios del país.
Las irregularidades que salpicaron al ex rector de la Universidad Nacional de Asunción (UNA) y a su entorno motivaron una rebelión del estudiantado pocas veces vista, arropado en el lema #UNAnotecalles.
Tras estar unas semanas en el penal de Tacumbú, Peralta permanece libre y la investigación prosigue. La dimisión del mismo trajo consigo cambios en las Facultades de la Universidad Nacional.
8- En la Policía el combustible es oro
Muy pocos hubieran alcanzado a imaginar que un suboficial estuviera metido en uno de los casos de corrupción más escandalosos en la Policía Nacional.
El suboficial Roberto Osorio se vio implicado en un millonario desvío de dinero con vales de combustible para las patrulleras de la Policía.
Mientras duró el festín, Osorio mostró sin pudor un estilo de vida que no se condecía con el modesto salario que decía percibir, con una casa lujosa y andando en varios vehículos de alta gama.
El caso del suboficial Osorio terminó con cinco imputados y le costó el cargo al entonces comandante de la Policía Nacional, Francisco Alvarenga, también implicado.
9- La asesora y sus viajes de oro
El escándalo que provocó la crisis en el Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) tiene sus orígenes en el caso de Clara Silveira Arza, esposa del abogado Manuel Radice, conocida como “la asesora viajera” del TSJE.
Silveira Arza cobraba como si hubiera ido a su lugar de trabajo, mientras tanto en sus redes sociales las fotos vacacionando en paradisiacas playas decían lo contrario.
La mujer fue destituida del TSJE, pero su caso provocó un efecto dominó que hoy pone a los ministros bajo la lupa.
10- El cocido de oro de Lafuente
El más reciente caso de supuesta sobrefacturación en un ente estatal tiene su epicentro en el Ministerio de Educación y Cultura (MEC).
Una investigación de Última Hora dejó al descubierto una cuestionada licitación que detallaba un costo de G. 10.000 por cada medio litro de agua, mientras que cada dos litros de cocido tenía un costo G. 80.000
Tras el escándalo mediático y la indignación, desde el Ministerio cancelaron de inmediato la licitación.
