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El doctor Daniel Cantero, director del Centro Nacional de Prevención y Tratamiento de Adicciones (Cenptra), mencionó para nuestro medio que, aunque la cantidad de pacientes registrados por problemas de consumo de opiáceos –que suman 124 personas, es mucho menor que la de crac y alcohol–, aún así preocupa por el progreso que pueda experimentar el hecho.
“El problema es el consumo de ese tipo de sustancias, porque generalmente la mayoría de los pacientes que empiezan con los opiáceos ya tuvieron experiencias con otro tipo de drogas y fueron evolucionando a la meperidina o la morfina, para desconectarse de su entorno, y a medida que va “progresando” entre comillas, la droga es mucho más potente, en este caso, de meperidina pasa a morfina y esta empuja al fentanilo, porque ya la morfina no le hace el efecto que está esperando y con el fentanilo sí están consiguiendo, porque es 100 veces más potente”, detalló el profesional.
Cantero refirió que luego de iniciar el consumo y saber de sus efectos, el usuario continúa y hasta aumenta la cantidad y la frecuencia, y es allí donde se acrecienta el problema fuera de la salud, ya que por el consumo deja el trabajo, pierde todas las relaciones interpersonales, hasta que ya no le alcanza el dinero para costear la compra de drogas.
El siguiente estadio es la venta y empeño de todo lo que posee la persona, para luego pasar inevitablemente a las cuestiones relacionadas a la seguridad, como los robos y otros delitos que eventualmente incurre el usuario de estupefacientes.
“Esperemos no llegar a eso con el fentanilo, que viendo el ejemplo de Estados Unidos es muy grave. Sin embargo, ya tenemos nuestros propios problemas, que son los consumidores de crac, que vemos a diario en todos lados. Actualmente eso es lo que nos preocupa y nos obliga a hacer un abordaje más integral y multidisciplinario”, enfatizó.
El mismo cuantificó que desde hace dos meses atrás, en que se implementó el Sistema Informático Hospitalario (GIS) fueron registradas 124 personas, del total de 4.521, con problemas de consumo de opioides, siendo la morfina la droga que más consumen estas personas. A la misma le sigue la meperidina y el fentanilo en menor medida.
El director confirmó que en seis a siete años, fueron atendidas e internadas cinco personas por adicción al fentanilo en el Cenptra, todas ellas siendo profesionales de blanco.
Respecto al consumo de morfina, Cantero lanzó una alerta de que ya no se trata de un problema exclusivo de profesionales de la salud, siendo la población en general que tiene acceso a la misma.
“Lastimosamente es a través del mercado negro, porque la compra de morfina es con receta cuadruplicada, no es con la receta común; sin embargo, hay lugares donde igual le venden al paciente aunque no tengan receta, lastimosamente es un problema real”, afirmó el profesional.
Al respecto, el doctor Nelson Gaona, director médico del Centro de Adicciones, clarificó que la mayoría de los usuarios de morfina se iniciaron en el uso de esta droga por algún tipo de dolor, ya que se trata de un analgésico opioide potente utilizado para aliviar el dolor intenso. Sin embargo, advierte que es un fármaco que se prescribe mediante una receta cuadruplicada.
Finalmente, el doctor Cantero mencionó que para el ámbito de la salud pública el tema de los opioides como el fentanilo principalmente, pasa aun prácticamente inadvertido, porque no llama todavía la atención, ya que son cinco casos registrados hace seis a siete años atrás.
“No son los que demandan más atención; para nosotros, la cocaína, el crac y el alcohol son los que más daño están produciendo y los que más demandan atención de salud, incluso con camas para internación”, puntualizó.
En una entrevista anterior, el director del Cenptra había indicado que en el primer semestre del año el Centro de Adicciones llevaba atendidas 17.200 consultas, de las cuales, 3.000 fueron por consumo de alcohol, 2.400 por cocaína y crac o chespi, 2.160 lo hicieron por consumo de tabaco y 2.153 por marihuana.
Opioides. Según la National Institute on Drug Abuse (NIH), los opioides naturales como la morfina, la codeína y otros se producen a partir de las vainas de las semillas de la planta de amapola o adormidera, también conocidas como opiáceos.
Los opioides sintéticos, como el fentanilo, se fabrican totalmente en laboratorios, sin ingredientes naturales.
Los principales efectos de los opioides son el alivio del dolor, sentimientos de felicidad y relajación. Pueden provocar dificultad para concentrarse o toma de decisiones. La rapidez con la que comienzan los efectos depende del opioide y la forma de consumirlo. Por ejemplo, el fentanilo actúa más rápido que la morfina, y los opioides actúan más rápido cuando se inyectan o se inhalan, a diferencia de la vía oral.
5 personas por adicción al fentanilo fueron internadas en los últimos seis a siete años en el Cenptra.
