Desde hace 4 meses trabaja solo, a puro pulmón, llevando tierra con carretilla y pala, en el sector conocido como Zanja León.
Llega cada día en la vieja moto, acompañado de la radio y una botella de agua. Así pasa horas rellenando el suelo, soñando con un espacio que algún día sirva para disfrutar del paisaje.
“Estoy solo en casa, mis hijas ya tienen sus vidas. Hago esto para despejarme y ayudar con la limpieza”, cuenta el entusiasta jubilado.
Agregó que la idea es preparar el terreno para que haya espacio para que la gente pueda contemplar el río en sus horas libres.
Coco ya es conocido en la ciudad por su espíritu solidario. En otras ocasiones, tapó baches de calles por iniciativa propia.
Fanático del deporte, alienta a La Banda Roja, la Selección de Básquetbol de la ciudad, a Olimpia y la Albirroja.
Aunque el proyecto de mirador necesitará apoyo institucional, él ya empezó porque el cambio, dice Coco, empieza por uno mismo.