“Así nacen muchos baches. Gracias, Essap, por los baches recibidos”, lanzó en torno de burla e impotencia a la vez el jefe comunal, teniendo en cuenta que se trata de uno de los mayores reclamos que recibe su administración por parte de la ciudadanía, que reclama constantemente el mal estado de muchas calles y avenidas de la ciudad.
Se trata de una disputa de larga data entre la aguatera estatal y la municipalidad, debido a cientos de baches que se generan en las calles y avenidas del microcentro comercial, y zona de influencia que abarca el barrio Juan Emilio O’Leary, parte del barrio San Rafael y Pablo Rojas.
La situación es simple: toda la red de la Essap –para la distribución de agua potable– hace años que cumplió su vida útil. Esta situación se pone de manifiesto ante las constantes denuncias de usuarios sobre pérdidas que afectan, a la par, el normal suministro del vital líquido a la población.
El mayor problema, expresan los automovilistas, es que, si bien, en la mayoría de los casos la Essap tapa las roturas de asfalto que hacen para reparar esas fugas, el drama radica en la baja calidad del trabajo de reparación. Los bacheos son precarios, por lo que no duran mucho y, en cuestión días, sobre todo cuando hay mucha lluvia, se transforman en enormes cráteres que tanto perjuicio provocan a cientos de automovilistas.
La ciudadanía reacciona y sugiere medidas para tratar de paliar el contratiempo producido por los insospechados agujeros en las calles. “Desastre estos destructores de asfalto. Hay que multarlos por su mal trabajo”, apuntó Carlos Jara, al hacer referencia a que las reparaciones son de muy mala calidad. “De verdad que parece a propósito”, se descargó Cristina Palacio.
“Hay que exigirles que dejen en buenas condiciones. Apliquen multas para que aprendan también, caso contrario, continúan haciendo esto”, dijo Liliana Rodríguez.
Wilson Silvero considera que la comuna esteña debe ejercer un mayor control y obligar a la aguatera a que las reparaciones sean de excelente calidad, teniendo en cuenta que evitarlo es imposible por las condiciones estructurales de toda la red de distribución de agua de la estatal.
“El Municipio les tendría que otorgar un permiso para intervenir en espacios públicos, sean calles o veredas, y obligarlos a que dejen así como estaba bajo control municipal; de lo contrario, que los multen si no respetan”, indicó.
“Siempre es así. Se termina de hacer un lindo asfaltado y en una semana aparecen ellos (Essap) rompiendo. No les interesa para nada. Son unos inútiles de arriba a abajo”, reclamó César Garcete.
“Fácil la solución, pero depende de los vecinos nomás, así que los vean que están por romper a los de la Essap, sáquenlos volando a patadas de ahí”, sentenció Osmar Gamarra.