El trabajo estuvo a cargo de una cuadrilla de obreros perteneciente a una empresa contratada para el efecto por la Itaipú Binacional. La firma tiene su planta de tratamiento de agua en uno de los costados de este lago y asegura el vital líquido para las diferentes áreas habitacionales (1, 2, 3, 4, 5 y 8), pertenecientes a la entidad hidroeléctrica.
La basura arrastrada al lecho del lago provino del arroyo Amambay, que es su principal afluente. En la zona del puente Pesoa, la Comuna había instalado una barrera para evitar que la basura llegara al lecho, pero debido al raudal y al desborde del arroyo, literalmente pasó por encima. De la misma forma, los arbustos de diferentes plantas llegaron al espejo de agua.
En cuanto a los restos de camalotes, estos fueron cultivados en el extremo sur en los años ‘90, pero comenzaron a crecer sin control, por lo que cada cierto tiempo se desprenden y terminan en el dique de contención, donde son retirados regularmente.
INTERVENCIÓN. La Municipalidad, a través de las direcciones de Medio Ambiente y Servicios Generales, viene trabajando en la limpieza, conservación y reforestación de la franja de protección del arroyo Amambay desde 2019. Estas intervenciones permitieron retirar toneladas de basura del cauce.
La tarea es acompañada por un trabajo de concienciación, buscando la participación de la comunidad. Pero, a juzgar por lo observado con el fenómeno El Niño, que provocó grandes caídas de lluvia entre los meses de octubre, noviembre y esta primera semana de diciembre, no tuvo mucho efecto. Hay mucha basura por todas partes.
Además, varios asentamientos urbanos están instalados en la franja de protección de los arroyos que cruzan la ciudad. Este fenómeno urbano se observa tanto en el arroyo Amambay como en Acaraymi y otros cauces hídricos. Hasta el momento, la Comuna y las instituciones del Estado, no tienen un programa destinado a ese sector de la población que es el más golpeado en cada lluvia y desborde de los arroyos.
Reserva. El registro oficial de la Municipalidad y la Itaipú revelan una gran riqueza natural en el lago, donde conviven 68 especies de aves, de las cuales dos están catalogadas como amenazadas de extinción, entre 97 especies de árboles y 95 de hierbas, que lo convierten en el pulmón de la ciudad. Entre los animales se encuentran los yakares hu, que son reptiles no originarios del bosque Atlántico del Alto Paraná, cuyas imágenes ya forman parte de la postal de la ciudad.
Las primeras mejoras de infraestructura fueron introducidas entre los años 2014 y 2016 con caminos, ciclovías, parques infantiles, miradores y máquinas para hacer ejercicios al aire libre, así como el anfiteatro para actividades culturales.