La Diócesis de Carapeguá invita a toda la ciudadanía a participar de la solemne sesión de clausura del Procedimiento Instructorio Diocesano, de la causa de canonización del siervo de Dios presbítero Julio César Duarte Ortellado, sacerdote secular del clero diocesano.
Será el sábado 28 de junio, a las 10:00, en la Catedral Inmaculada Concepción de María, de Carapeguá.
La sesión de clausura del procedimiento instructorio diocesano es un acto formal y solemne que marca el final de la fase diocesana en una causa de canonización.
Esta sesión indica que se ha concluido la recolección de todas las pruebas documentales y testimoniales sobre la vida, virtudes o martirio, fama de santidad o signos del siervo de Dios.
La sencillez de su carácter fue su sello
El sacerdote paraguayo Julio César Ortellado, que va camino a los altares nació el 12 de abril de 1906 en la ciudad de Caazapá, a las 15:00 de un Jueves Santo.
Su vocación a Dios empezó desde que era un niño, ya que le encantaba rezar y cantar al Santo Padre, así también acudía a todas las misas como monaguillo. La sencillez de su carácter fue su sello durante toda su vida.
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A los 14 años, en 1921, ingresó al Seminario de Asunción y estuvo allí durante seis años. Estudió los cuatro años de Humanidades. Luego, cursó Filosofía durante dos años.
Celebró su primera misa sobre la tumba de San Pedro
Sus maestros del Seminario lo describían como una persona “agradable, educada, de buen humor y una tremenda serenidad”, a quien le gustaba disfrutar del silencio en las horas de descanso.
El 8 de diciembre de 1926, tras concluir sus estudios en Asunción, viajó a Roma e ingresó en el Pontificio Colegio Pío Latino Americano.
El 27 de octubre de 1927 fue ordenado sacerdote por el papa San Pío X y al día siguiente celebró su primera misa sobre la tumba de San Pedro en la Basílica del Vaticano.
En 1931 regresó al país y desde entonces impulsó varios proyectos de desarrollo en los distritos de Paraguarí, además de servir a beneficio de su comunidad.
Entre las obras destacadas del padre Julio se recuerda la creación del Hospital de Ybycuí y el Hogar San José, lugar destinado a niños huérfanos y abandonados.
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Desde su rol como presidente de la Comisión de Fomento y Trabajo de Ybycuí llevó adelante la gestión para la reparación de caminos para mejorar la comunicación con lugares alejados.
El siervo de Dios misionó en las parroquias de Mbuyapey, Quyquyhó e Ybycuí, lugares donde “su memoria y testimonios siguen en plena vigencia.”
Según Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), el padre Julio predijo su propia muerte tres años antes. Finalmente, falleció el 4 de julio de 1943, a la edad de 37 años, debido a la enfermedad de tifus.
Camino a los altares
El 13 de julio del 2020, el obispo de Carapeguá, Celestino Ocampo, anunció la apertura del proceso de la Causa de la Beatificación del Siervo de Dios Padre Julio César Duarte Ortellado, que sigue avanzando.
Como parte del proceso, la Comisión Canónica debe evaluar los aspectos de la vida, cargos y obras del sacerdote paraguayo.
La misma está integrada por el presbítero Nilson Ortellado, como presidente; la docente historiadora e investigadora Margarita Miró y el docente escalonado de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNA, Santiago Caballero Britos, de acuerdo con la CEP.
Paraguay tiene como su único santo a San Roque González y la primera mujer beata es María Felicia de Jesús Sacramentado, Chiquitunga.