Hace unos días, el diputado de Honor Colorado, Raúl Latorre, presidente de la Cámara de Diputados, lo anunció como un hecho, aunque la prensa –tendenciosa, para variar– ya se está preguntando de dónde sacarán los dineros; y es que un día dicen que van a recortar gastos superfluos y al rato anuncian la creación de una nueva institución.
“Santiago Peña me habló de la intención de presentar un proyecto de ley que crea el Ministerio de la Familia, siguiendo el posicionamiento del partido con respecto a la defensa de la vida desde su concepción y a la defensa de la familia como primer núcleo de formación y sustentación de nuestra paraguayidad”, dijo el diputado.
Sobre la función de este nuevo Ministerio, Latorre, aunque admitió desconocer los detalles porque no vio todavía el famoso proyecto de ley, afirmó que tendrá la tarea de dar claridad en cuanto a las políticas públicas de protección a la familia y preservación de la paraguayidad. El diputado colorado y cartista remarcó que son provida, profamilia, pro soberanía y que Santiago Peña no va a permitir que durante su gobierno se atente contra la familia y la vida.
Ya era hora de que un gobierno se preocupe por la familia y por la vida. Con tantas cosas horribles que pasan en el país, es muy importante que se proteja la vida de todos los niños y las niñas, las mamás y los papás.
Como son gente seria, suponemos que manejan los datos de la terrible realidad que vive la infancia. Según el Ministerio Público, en el Paraguay los abusos sexuales en niños, niñas y adolescentes aumentaron considerablemente en los últimos años: se registra un caso cada dos horas.
Hasta el año 2021, un total de 11.169 niñas fueron víctimas y 2.137 niños; el rango de edad en el que se tienen mayores casos corresponde a la franja de entre 10 y 13 años. Un detalle que debemos tener en cuenta es que numerosos de esos casos de abuso a niños y niñas se dan dentro del mismo hogar. Solo este año, en Caaguazú fueron reportadas más de 300 denuncias de abuso infantil.
Es buenísimo que invoquen tanto la Constitución, es más, debería ser un libro de cabecera para todos; particularmente ese artículo 54 que habla de la protección al niño:
“La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de garantizar al niño su desarrollo armónico e integral, así como el ejercicio pleno de sus derechos, protegiéndolo contra el abandono, la desnutrición, la violencia, el abuso, el tráfico y la explotación. Cualquier persona puede exigir a la autoridad competente el cumplimiento de tales garantías y la sanción de los infractores”.
Podemos por tanto anticipar que, los niñitos y las niñitas que malviven sobreviviendo en las calles de nuestras ciudades, abandonados al crac y a todo tipo de abusos, podrán sentirse al menos optimistas porque al fin un gobierno va a cuidar de sus vidas y su bienestar.
Es demasiado importante que el próximo Gobierno, desde su Ministerio de la Familia se preocupe de que no haya nunca más niñitas indígenas explotadas sexualmente en las calles, o niñitos adictos al crac. Que en Paraguay ya no haya una infancia pobre, sin acceso a una alimentación básica, a la salud, la educación o un lugar seguro donde dormir y que ningún niño indígena sea nunca más tratado como un desecho. Es bueno conocer desde ahora las intenciones del nuevo gobierno. Es estupendo saber que a partir de ahora, desde un Ministerio de la Familia, la prioridad será cuidar la calidad de vida de las familias paraguayas para que las mamás ya no sean víctimas de feminicidio, que los papás tengan trabajos dignos, que haya medicamentos en los hospitales y nadie más pase hambre nunca más en el Paraguay. ¡Por fin, vamos a estar mejor!