Urge que tanto los gobernantes como la sociedad sean conscientes de la necesidad que tiene la población de contar con espacios verdes públicos y seguros. Nuestras ciudades, y en particular, la capital del país han ido perdiendo sus espacios públicos comunitarios, y se han rendido al cemento y al asfalto, dejando a comunidades enteras sin parques, plazas y pequeños bosques urbanos. Es una realidad aceptada, e incluso organizaciones internacionales vinculan los espacios verdes con la salud y el bienestar de las personas.
Una noticia que ayer pudo haber pasado desapercibida para la mayoría reviste sin embargo una gran importancia. La Municipalidad de Asunción hizo oficial el anuncio de que el intendente Luis Bello ordenó la suspensión inmediata de la obra de construcción de una estación de servicio sobre la avenida Santísima Trinidad.
Decía el comunicado que la decisión se tomó luego de evaluar los antecedentes y priorizar el bienestar colectivo, y por ello se dispuso revocar el permiso de construcción, dejando sin efecto la continuidad del proyecto. Decían también las fuentes municipales oficiales que la medida es una respuesta a la denuncia ciudadana relacionada con la construcción de una nueva estación de servicio.
El mérito corresponde sin duda a los pobladores: los miembros de la organización Vecinos de Trinidad Unidos, quienes llevan meses reclamando la detención de este proyecto y denunciando la tala de 70 árboles en la plaza Mártires de la Policía, ubicada en las calles Julio Correa esquina Capitán Alfredo, tala que se había realizado en el marco de las medidas de compensación para construir la mencionada estación de servicio.
En enero de este año, la administración del intendente Óscar Nenecho Rodríguez había autorizado la tala de 70 árboles en la plaza Mártires de la Policía. Uno de los dirigentes de la comisión habían señalado: “Lo que necesitamos es más árboles, alumbrado público, veredas donde la gente pueda caminar”, y denunciaba además que la construcción de grandes edificios en la zona va en detrimento de los servicios que necesita la comunidad: “Tenemos cortes de luz y cloacas abiertas a consecuencia de estos edificios”.
Esto es mucho más que solo una anécdota. Fundamentalmente muestra la realidad actual de Asunción, una ciudad en la que sus vecinos deben pelear por defender los árboles de las plazas de sus barrios, para que estos no desaparezcan convertidos en edificios o estaciones de servicio.
Se debe considerar que el estilo y el ritmo de vida actual, la vida en contextos tan agresivos e inhumanos como el que se vive en Asunción y el área metropolitana, tienen un importante efecto en la salud mental de la población. No será posible un buen desempeño económico como país, si la población masivamente carece de bienestar. ¿Cómo se construye un buen resultado económico cuando la población activa –los trabajadores– carece de calidad de vida? Cuando su movilidad está tan comprometida por el caos cotidiano, porque pasa demasiadas horas en el tránsito y al final del día carece de espacios de recreación seguros donde realizar actividades físicas o simplemente para socializar con la comunidad y con su familia.
Esta presión cotidiana sin duda tiene efectos en la salud mental de la población. Recordemos que, antes de la pandemia, el Ministerio de Salud Pública sostenía que una de cada cinco personas en el trabajo puede padecer problemas de salud mental, y posteriormente, un estudio del Banco Mundial había posicionado a Paraguay en cuarto lugar entre los países con resultados más preocupantes dentro del Índice de Vulnerabilidad de la Salud Mental.
El hecho de aumentar la cantidad de áreas verdes por persona incidirá directamente en el bienestar de la población que podrá acceder libremente a estos espacios y con seguridad. No se puede dejar de lado el detalle de las alteraciones que trae aparejado el cambio climático, con temperaturas cada vez más altas. Para enfrentar todo esto serán fundamentales los espacios verdades y los bosques urbanos.
Nuestra principal aspiración como sociedad debería ser que todos los ciudadanos tengan mejores condiciones de trabajo y de vida, y por eso, Asunción necesita garantizar sus espacios verdes.
