Unas 18.000 personas, según informaron desde la organización, participaron de la cuarta edición del Reciclarte, un festival que año a año presenta una variada grilla nacional e internacional.
Los portones del anfiteatro José Asunción Flores, en San Bernardino, abrieron a las 13.00, como lo venían anunciando. El implacable sol no fue un problema para los fanáticos, que ya iban acomodándose para el primer grupo de la tarde.
A las 14.00 subió a escena la banda concepcionera Polka Stereo, impecablemente trajeada para su público, a pesar del agobiante calor. El show no tuvo desperdicios. Los chicos se entregaron a la música y al baile con los acordes de su repertorio cosechando una buena tanda de aplausos.
Y ya desde esta primera presentación hay que dejar constancia: el bochorno de los 35ºC que marcaba el termómetro no fue impedimento para que cada una de las bandas lo dejara todo en el escenario.
Cerca de las 15.00, otro nombre local ocupó la grilla: The Crayolas. Decir que le pusieron onda queda corto.
La lista siguió con Bohemia Urbana, que con el carismático Jaime Zacher al frente se metió al público en el bolsillo haciéndolo bailar al compás de sus propuestas.
No hubo descanso en San Bernardino. Apenas bajó Bohemia Urbana, el primer invitado internacional tomó la posta. Nada menos que El Kuelgue. Los argentinos supieron recibir el cariño de sus fans paraguayos bajo la guía de su vocalista, Julián Kartun, un verdadero showman.
La propuesta llegada de la vecina Argentina siguió con la Versuit Bergarabat, que celebra tres décadas en el escenario y se nota que seguirá sumando años, ya que pilas no faltaron en la presentación que ofreció. Uno de los momentos más emotivos: ya al filo de cerrar su show entonaron parte de la mítica canción Recuerdo de Ypacaraí de Demetrio Ortiz.
La oferta siguió con artistas nacionales, esta vez fue el turno de La Nuestra para seguir subiendo el ambiente en el anfiteatro.
Cuando el sol comenzó a caer, siguieron Los Cafres desde Argentina con el reggae que invitaba a bajar los decibeles y a disfrutar de esas postales que regalaba la vista al lago Ypacaraí desde lo alto del anfiteatro.
Para no subir el tono de golpe, La Secreta, con sus acordes de guitarra, subió para mantener la calma con buena música. Un Mike Cardozo en recuperación después de haber sufrido un cuadro de dengue estuvo en escena con sus compañeros, para no perderse la cita, pero sentado en una silla. Los miembros de la banda pidieron conciencia a la hora de limpiar para intentar evitar que sigan proliferando los criaderos del mosquito transmisor.
La noche siguió, ya con un clima más agradable, con la oferta desde Argentina. Era el turno de La Beriso, que desde 1988 viene haciendo música y sus fans agradecidos coreaban sus canciones.
El turno de Villagrán Bolaños llegó con un golpe de sus poderosas canciones, moviendo a las 18.000 almas que vibraban en el José Asunción Flores. Los Villagrán cerraron la grilla con bandera paraguaya y los fuegos artificiales se encargaron del homenaje a todas las bandas locales que pisaron el escenario este sábado.
Otra vez desde Argentina y ya preparando todo para cerrar la noche, Ciro y Los Persas tomaron el escenario para reencontrarse con el público guaraní. Un reencuentro esperado y aclamado.
El cierre estuvo en manos de la banda de punk rock 2 Minutos, una leyenda que lleva más de tres décadas en escena y, como varios otros, tuvo un justo y necesario reencuentro con su público paraguayo.