La morosidad en el sistema de empresas financieras llegó en setiembre a su punto más elevado desde 2016, según un análisis de la consultora Mentu. El deterioro de la cartera continúa profundizándose en un contexto en el que los créditos en mora crecen a un ritmo mayor que los nuevos préstamos otorgados.
Al cierre de setiembre, el saldo total de los préstamos concedidos al público por las financieras ascendió a G. 4,6 billones (USD 656 millones), lo que representa un crecimiento interanual de 27%, por debajo del promedio trimestral de 30,4%.
Dentro de este total, la cartera vigente se expandió 25,3%, alcanzando G. 4,2 billones (USD 506 millones). En contraste, la cartera vencida —los créditos en mora— subió a G. 355.000 millones (USD 51 millones), con un incremento interanual de 52,3%. Este es el tercer mes consecutivo en que la cartera morosa crece a un ritmo mayor que la cartera al día.
Con estos resultados, la proporción de créditos vencidos sobre el total de la cartera de las financieras se ubicó en 7,7%, un aumento de 1,3 puntos porcentuales frente al año anterior. Esta tasa es más de tres veces superior a la registrada por los bancos, que se sitúa en 2,4%, y constituye el mayor nivel de morosidad observado en nueve años.
Según Mentu, este panorama sugiere una presión creciente sobre la calidad de los activos del sector, ya que el flujo de nuevos créditos no compensa el incremento de préstamos que ingresan en mora.