En un comunicado, el municipio consideró este miércoles que la iniciativa supone una “alternativa sostenible” al regalo que tradicionalmente entrega el consistorio a los nuevos padres, que desde 2007 consistía en una toalla de baño para bebés, con capucha roja y blanca, estampada con el lema de la ciudad “IAmsterdam” (Del inglés “Yo soy Ámsterdam”).
Ese regalo se producía en China, con los consiguientes costes de transporte y almacenamiento, a lo que había que sumar los gastos de higiene, pues el producto se lavaba hasta tres veces antes de su uso por la cantidad de pintura utilizada en el estampado, y “los padres recibieron la misma toalla con su segundo, tercer o cuarto hijo”, lamenta el ayuntamiento.
La alcaldesa, Femke Halsema, y los concejales consideran que el proceso de producción de ese regalo “no es muy sostenible” y decidieron reemplazarlo por esta alternativa más respetuosa con el medio ambiente, después de trece años optando por la toalla, conocida ya entre los padres que residen en la capital neerlandesa.
“A partir de ahora, los padres tendrán la opción de elegir entre una manta duradera o un árbol plantado en la ciudad como regalo por el nacimiento”, indicó el municipio.
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La fundación holandesa Trees for All se encargará de plantar los árboles, preferiblemente dentro de las fronteras de la ciudad, aunque todavía no se sabe dónde y cómo se llevará esto a cabo, lo que quedará más claro en septiembre, cuando empieza la entrega de estos nuevos regalos a los padres.
La manta estará hecha de algodón orgánico y de plástico reciclado recogido del océano, y será producida en Europa, para evitar los costes y efectos del transporte en el ambiente.
Los padres recibirán también una tarjeta de felicitación que contiene semillas para poder cultivar flores en casa, y verlas crecer a la vez que crían a sus pequeños.
Los recién nacidos también reciben un regalo por parte de los ayuntamientos en otras ciudades holandesas, como una cigüeña de peluche en La Haya, o una prenda con la Catedral de San Martín en Utrecht.