Realidades. La maternidad y el embarazo en la adolescencia suelen estar vinculados a situaciones de violencia sexual, matrimonio infantil o uniones tempranas y forzadas.
La pobreza y discriminación generalizada, incluido el acoso escolar, también forman parte de la realidad de las mujeres de este sector etario del país.
¿Permanencia o exclusión?: Experiencias educativas de adolescentes en situación de embarazo, maternidad y paternidad en Paraguay, es la investigación realizada por FLACSO Paraguay y Plan International que revela dicha situación.
El trabajo está basado en 97 entrevistas a adolescentes madres, sus padres, docentes y líderes comunitarios realizadas en comunidades de Guairá, Paraguarí, San Pedro y Asunción.
El estudio demuestra que el embarazo adolescente no es un hecho aislado, sino que está conectado con la desigualdad y la violencia, que a su vez refuerzan la exclusión de la escuela y de la sociedad en general.
Los hallazgos muestran que el estigma en las aulas suele convertirse en burlas, forzando a las adolescentes a dejar la escuela.
Las entrevistas también muestran que muchos embarazos adolescentes ocurren en contextos marcados por la violencia, incluido el abuso sexual y relaciones coercitivas con hombres adultos.
El informe también señala que persisten normas sociales discriminatorias que sobrecargan a las niñas y mujeres con el trabajo de cuidado, reduciendo sus posibilidades de permanecer en la escuela o continuar sus estudios.
Otro patrón recurrente que aparece en la investigación es la ausencia de los hombres en los roles de crianza. Esta falta de corresponsabilidad refuerza dinámicas desiguales, dejando a las madres jóvenes enfrentando los desafíos solas.
Los hallazgos apuntan a la necesidad de redoblar los esfuerzos para promover la igualdad, la corresponsabilidad en el trabajo de cuidado y la no violencia, condiciones esenciales para proteger a las niñas y prevenir el embarazo infantil.
Las voces protagonistas de la situación
El testimonio de Emilia, quien fue madre a los 15 años y ahora tiene 17 , revela cómo la situación impacta en la escolaridad de estas adolescentes.
“Yo quería volver a estudiar, pero me daba un poco de vergüenza la idea de volver a ir y que se burlen de mí”.
“Yo tengo que hacer todo… incluso cuando estoy enferma, igual me levanto porque tengo responsabilidades con mi hijo”, dijo por su parte Sabrina de 22 años, quien quedó embarazada a los 17.
El estudio identificó experiencias positivas que permiten que las jóvenes madres permanezcan en la escuela.
“Todos me apoyaron y se preocuparon por mí. Mi mamá me dijo que no debía abandonar”, recordó Stephy, de 18 años, quien logró terminar la escuela gracias a su madre, hermanas y docentes. Ella fue madre a los 16 años a causa de violencia sexual.
El apoyo familiar, el acompañamiento docente, la flexibilidad escolar y programas específicos de reintegración que brindan cuidado infantil y apoyo psicosocial son claves para garantizar que las adolescentes madres no sean excluidas de la escuela, señalan desde los responsables del estudio.
“Cada niña y adolescente tiene derecho a seguir soñando y estudiando, sin importar la maternidad o el embarazo. Cuando una adolescente se ve obligada a abandonar la escuela, la sociedad le falla. Protegerlas significa garantizar su derecho a la educación, a vivir libres de violencia y a construir su propio futuro”, expresó Noelia Errecarte, representante País de Plan International Paraguay.