La pequeña “Xime”, como la llaman sus familiares, nació a los seis meses en el Hospital Central del Instituto de Previsión Social (IPS). Tuvo que ingresar de urgencia a una incubadora debido a su prematura llegada al mundo. Desde ese momento, su historia dio un giro al que ella logra gobernar con su actitud.
Por una supuesta mala actuación médica, la niña sufrió “retinopatía del prematuro”, como lo llaman los médicos. Desde hace 12 años, su madre, Lourdes Coronel, sigue un proceso judicial contra el IPS, debido a que, según la mujer, los profesionales la dieron de alta asegurando que la niña estaba muy sana y no tuvo complicación alguna.
Para Ximena, aunque tiene una discapacidad visual, no existen los límites y sus enseñanzas asombran hasta a sus familiares, quienes no dejan de sorprenderse de las “salidas” divertidas de la pequeña. Ella brinda con su accionar un mensaje claro para todas las personas que comparten con su día a día: las barreras solo existen para superarlas.
Su última hazaña la concretó en la época de Reyes Magos. Con ayuda de sus hermanos escribió una carta a los seres mágicos y, sin dudarlo un segundo, les pidió un par de patines, sintiéndose motivada por dibujos animados que pasan en la televisión, cuyos personajes se muestran divertidos. Ella quería vivir la misma experiencia.
Su deseo era patinar, y lo logró. El patio de su casa o la vereda son los sitios donde más se divierte. Si se cae, rápidamente se levanta para continuar la aventura. Sus risas se muestran con esplendor y su deseo es seguir rompiendo barreras.
Además de ir a la escuela, Xime aprovecha sus tiempos libres para “ver la tele”. Es fanática de los dibujos animados y, según comentó, reconoce a los personajes por medio de sus voces y le encanta seguir las historias.
El sueño de la pequeña es viajar por el mundo para conocer diferentes países y seguir cumpliendo sus desafíos, venciendo los temores.