25 abr. 2024

Tiempos aciagos: ¿Qué está pasando en el mundo?

El orden mundial pos 1945, sobre cuya base fueron construidas las relaciones de poder económicas y las instituciones geopolíticas y culturales que aún nos rigen, cruje bajo nuestros pies.

TEXTO CORREO SABADO 16.jpg

Portada del Correo Semanal del sábado 16 de agosto de 2014.

Por Alejandro Vial | Investigador y analista político | avial@rieder.net.py

Para quienes carecemos de información clasificada (la gran mayoría) y queremos saber qué pasa, el acontecer mundial nos muestra un puzle de horror. Guerras, misiles sobre aviones comerciales, crisis de Siria y Ucrania, matanzas masivas en Iraq, infierno en Gaza, la ominosa resurrección del concepto de raza y el naufragio del otro, sumado a la desinformación de los medios de comunicación, controlados por las corporaciones multinacionales, sus intereses y adláteres.

¿Qué hacer entonces? Combinando medios alternativos de información y deducción intentamos un hilo conductor, e invitamos al lector a explorar juntos ese hilo conductor. Planteamos que el declive de la fuerza económica y geopolítica unipolar hasta ahora dominante, si bien explica buena parte del acontecer actual, sería solo la punta de lanza de un cambio más profundo que está calando hondo nuestra época. Asistimos a peligrosos ajustes: de un lado, poderes declinantes (EEUU- Europa) y del otro, las fuerzas mundiales emergentes (todavía frágiles) que buscan liderar el cambio de época (BRICS), proceso que no será fácil, ordenado, ni pacífico.

Hilo conductor

El orden mundial pos 1945, sobre cuya base fueron construidas las relaciones de poder económicas y las instituciones geopolíticas y culturales que aún nos rigen, cruje bajo nuestros pies. Es en este reacomodo de las nuevas capas tectónicas de poder que nos encontramos ahora y que tratamos de exponer a continuación. El eje de la actual crisis se articularía en torno a dos puntas entrelazadas; debilitamiento geopolítico, económico-financiero norteamericano y fragilidad del dólar.

Mucho se ha escrito acerca del debilitamiento de Estados Unidos, la superpotencia vencedora en la confrontación con la Unión Soviética, así como de la supuesta debilidad del liderazgo de sus gobernantes actuales. ¿Se trata en verdad de falta de liderazgo, de menor poder real del país para influir en el mundo tal como lo hacía antes, o de ambas cosas? A través de la historia, a ningún superpoder le resultó indiferente el descenso de su fuerza, intentando maximizar su posición mientras aún mantiene gran fuerza, como resulta indiscutible con Estados Unidos, todavía la mayor maquinaria tecnológica y bélica del planeta. Pero se trata de un proceso complejo no exento de errores, atribuibles a la pérdida de objetividad.

La pérdida de objetividad para leer la verdadera correlación de fuerzas es efecto del declive de la hegemonía. De ahí los eventuales errores. Porque quien siempre tuvo fuerza, acostumbrado a usar su fuerza demoledora para ordenar el mundo a su imagen, desatiende por donde soplan los vientos. Los nuevos lobos que llevan tiempo esperando la presa, pues nunca tuvieron fuerza para abatirla de frente, como debieron acostumbrarse a usar la astucia, aunque no tengan tanta fuerza todavía, ni estén exentos de errores, se convierten en rivales temibles. Nos parece que el liderazgo americano actual fluctúa entre la lectura respecto a un retiro táctico para mantener poder estratégico a futuro en función de su actual nivel de superpotencia declinante, de recomponerlo, o resignarlo a convertirse en potencia regional como hizo la Gran Bretaña.

Esto último no lo creemos. Veamos.

Aciertos y errores en geopolítica

Durante el gobierno de Bush padre, con Estados Unidos como superpotencia plena liderando una maquinaria militar inmensa y el ejército iraquí destrozado, el liderazgo norteamericano entendió el error de seguir avanzando hasta Bagdad para derrocar al dictador y desestabilizar así una de las regiones más complejas y explosivas del planeta. Entonces se detuvo. Pero apenas unos pocos años después de eso, se tomó la decisión de arrasar Iraq, destruir su ejército y su partido gobernante, dando paso indirectamente al caos actual. ¿Resultado? El gobierno y el ejército de Maliki entrenado por EEUU para mantener orden y unidad en el país parece desintegrarse frente al ex ISIS, los kurdos se apoderan del norte de Iraq inquietando a Turquía socio de la OTAN, los sunitas y chiitas podrían destrozarse en guerras intestinas lo que hace difícil imaginar la reconstrucción y unidad del país. Y ahora, Estados Unidos y Gran Bretaña, los supuestos instauradores de la democracia en el país, miran para un costado, con lo cual pavimentan el camino de la desconfianza para sus aliados potenciales, los republicanos acusan a Obama por el retiro de las tropas norteamericanas, lo que permitió el caos actual, y a estas alturas, parece apostarse a controlar las facciones que surgen de ese caos, más que a la unidad del país. Menuda cuestión.

Economía y geopolítica

Y, entonces, ¿de quién fue el error? ¿Del liderazgo norteamericano durante el gobierno de Bush (hijo) al invadir Irak, o del de Obama al retirar sus tropas? Quizás, de ninguno de los dos. Ambos entendieron el declive de USA como superpotencia. Veamos también esto: ciertamente el liderazgo estadunidense del gobierno de Bush hijo conocía la patraña de las “armas de destrucción masiva”. Entonces, ¿por qué invadió? La única “arma de destrucción masiva” parece haber sido financiera. Trascendió en su momento que Saddam Husein sopesaba la idea de dejar de usar el dólar como moneda de cambio en sus transacciones petroleras, golpe importante a una economía crónicamente sobreendeudada. Invadiendo, se eliminaba la amenaza y de paso se controlaba el petróleo, pero a mediano plazo se introducía una bomba de tiempo en la región. De ser cierto lo de Saddam, mostraría ya la incapacidad de liderazgo mundial al subordinar problemas domésticos frente a su interés estratégico global. Pero sea esto verdad o no, lo cierto es que en la actualidad, las críticas al uso que hacen los Estados Unidos del dólar son crecientes y alientan la rebelión contra esta moneda en distintos países, lo que acentúa su debilitamiento económico-financiero.

Entonces, la invasión a IRAK no sería un “error”, sino la incapacidad de mantener el costo que supone seguir siendo superpotencia. ¿Y el retiro de las tropas por Obama? Asumiendo que ya estaban ahí y que tenían un costo insostenible, la conveniencia del retiro apuntó a una salida ordenada, de inocultable factura táctica para un país que ya no puede sostener el costo de ser superpotencia. Y pese a las enormes diferencias, similar a lo hecho por la Unión Soviética en Afganistán, de donde dicho sea de paso, también se retira Estados Unidos.

Conflictos geopolíticos regionales y nacionales

Conflicto palestino/israelí. Mientras Estados Unidos mantuvo la vocación y poder de superpotencia, ejerció cierto rol arbitral para su geo estrategia en Medio Oriente. Su esfuerzo por los acuerdos de Camp David con el presidente Carter es un ejemplo de ello, pero cuando se debilitó y debió convertirse en aliado incondicional de uno de los actores en disputa (Israel en este caso), perdió el poder mediador propio de un actor global, permitiendo el infierno actual, repudiado por la comunidad internacional, lo que en definitiva afectará sus propios intereses, pero parece indicar el camino elegido.

Europa: Los conflictos de Estados Unidos con Rusia, Alemania y Francia

Rusia: En sí misma, Ucrania no es un país de interés estratégico para los Estados Unidos, como sí lo es para Rusia, pero la acción norteamericana en la crisis de Ucrania tiene profundas implicancias para ambos. En efecto, si el mayor logro de la política estratégica norteamericana de los 80 con H. Kissinger fue la separación del bloque China-Unión Soviética, su acción actual lo ha revertido. EEUU hizo un doble juego; al empujar Ucrania hacia las fronteras rusas alentando a Europa generó de hecho, una alianza entre Rusia y China y de paso debilitó el posible acuerdo entre Rusia y Alemania, destinadas a ser socios naturales. Es, sin duda, una jugada audaz de Washington para aislar a Rusia, pero el presidente ruso también ha mostrado ser un buen jugador de ajedrez. Jugada peligrosa para Occidente, porque Eurasia es una de las regiones económicas más ricas del planeta y de una posición geoestratégica decisiva, pero con poderosos propietarios. Y si bien Europa siguió al pie de la letra las indicaciones de Washington con sus sanciones a Rusia, a mediano plazo, podría concluir que ello no le resulta tan conveniente para sus propios intereses.

Se trata de una “guerra de posiciones” particularmente inquietante para la paz mundial.

Conflictos económico financieros

Todo imperio debe tener, además de la fuerza dura (militar), una fuerza económica cultural y moral que legitime su poder duro. El Imperio romano desarrolló el derecho romano, creó, como el Imperio inca grandes obras de infraestructura, carreteras, etc. Estados Unidos también lo hizo en su época de oro cuando aportó a la creación de Bancos de Fomento al desarrollo de los países atrasados mediante el BID, el Banco Mundial y otras agencias. Por su parte, el poder legítimo se usa también para ordenar el caos, a fin de que el mundo no sea de “todos contra todos” como en la Edad Media, que es precisamente el símbolo de la ausencia de poder global. El rol asumido ahora por Estados Unidos frente al caos normativo internacional en el tema de la deuda financiera, tanto de países europeos como ahora de Argentina, donde se subordina el destino de todo un país a la discutible interpretación de las cortes neoyorquinas a favor de los fondos buitre, muestra su abandono, también en lo económico, de su rol de superpotencia. Estamos ante un mundo cada vez más impredecible, porque cada facción lucha por su pedazo de carne, sin orden ni derecho internacional.

Resulta poco alentador que por estos días se conmemoren 100 años de la Primera Guerra Mundial.

Conclusión

El periodo que media entre 1945, luego del fin de la segunda guerra mundial, y 1973 que inaugura el llamado Consenso de Washington, cierra lo que ha sido el tiempo de mayor tolerancia en los círculos dominantes de occidente por décadas. Pero a partir de 1973, el modelo de producción y la acumulación de stock económico obligó a un cambio en el sistema productivo, con lo cual el capitalismo giró hacia el modelo financiero. El Estado de Bienestar se derrumbó en los países dominantes que ya no pudieron mantener una sociocultura basada en la tolerancia y el trabajo digno. Comenzó el paro crónico y la discriminación racial. En Occidente ganaron la batalla cultural los sectores más conservadores que promueven la reducción salarial y la ultraconcentración de la riqueza.

Y como si fuera poco, se profundiza el aplastamiento del otro, donde nadie escucha al otro. La tragedia de Gaza quizá sea lo más elocuente. Su territorio, tan pequeño que es una de las poblaciones más densamente pobladas del orbe y donde su población está sometida desde hace meses a un bloqueo de suministros esenciales, fue bombardeada por las fuerzas armadas de Israel, de las más poderosas del mundo, sepultando cientos de civiles (muchos de ellos niños) y con ello, la esperanza de la utopía soñada por sabios judíos y árabes de un estado plurinacional y pluriétnico.

¿Por qué tanto horror? Difícil opinar desde tan lejos sobre algo de esta complejidad y antigüedad. Tratemos pues de ponernos en el lugar del otro, algo que al parecer nadie quiere hacer.

¿Por qué el terrorismo de Hamás? Este tipo de grupos se alimenta siempre de la injusticia, la opresión y el oprobio. Los palestinos apelan a todo en defensa de sus vidas y del último rincón de Gaza que les queda, aplastados entre el hambre y los sueños de una vida mejor. E Israel, porqué bombardea población civil, arriesgando la condena internacional, y corriendo el riesgo de sepultar entre los escombros de Gaza su propia historia y su rica cultura de tolerancia y humanidad? Porque está atrapado por el miedo ancestral dictado por su inconsciente colectivo, a su desaparición como nación.

¿Y Estados Unidos? ¿Porqué permite crímenes de guerra y acciones violatorias de los DDHH que condena con fuerza en otros lados? Porque lee la realidad ahora como la probable gestación de un potencial conflicto global contra adversarios muy fuertes en población y territorio, experiencia que desconoce, y por ende, apoya a su aliado más poderoso y confiable en el Oriente Medio.

Cuidado, que en una madeja de enredos similar a esta comenzó la Primera Guerra Mundial.

Son tiempos aciagos.

Más contenido de esta sección
El Himno de la Raza, también conocido como Patria Querida, es una obra musical con origen y fundamento como toda expresión artística, y su historia tiene sus raíces en Francia.
En el artículo anterior mencionamos algunas de las campanas más antiguas del país Guairá, en esta ocasión incluimos otras que corresponden a algunos distritos y ciudades del país, entre ellas, la que podría ser la más importante que data del siglo XVIII.
Esta es una historia de la guerra grande sobre Francisco Isidoro Resquín, de quien Juan Crisóstomo Centurión llegó a decir que “veía traidores hasta en la chipa”.
La democracia a estas alturas en El Salvador ya no puede ser entendida con su significado original, es decir, como un sistema a través del cual existen contrapesos que permitan opiniones diferentes a las del gobierno de turno y ahora reelecto.
En Paraguay todavía existen campanas desde la época de los jesuitas, que tienen cerca o más de 300 años. Son las que sobrevivieron de la Guerra Triple Alianza, es decir, las que se salvaron de la legua de fuego de la fábrica del Ybycuí, donde se fundieron muchas campanas de las iglesias para la fabricación del renombrado cañón monstruo denominado también el Cristiano.
A principios del siglo XX, la comunidad científica creía que la composición de las estrellas era parecida a la de la Tierra, hasta que una astrónoma descubrió que las estrellas se componían de hidrógeno y helio, Cecilia Payne-Gaposchkin fue quien descubrió la composición de las estrellas y del universo.