En coincidencia con la XXIII Marcha Campesina, el secretario de Estado habló de la situación de los productores en el interior del país.
Mencionó que el año pasado se promulgó la ley de alimentación escolar, que obliga a las empresas a abastecerse al menos en un 30% de la agricultura familiar. Se suma la ley de rehabilitación financiera, que permite a los pequeños productores acceder a nuevos créditos a pesar de tener deudas. Al respecto refirió que la mayoría incluso figura en Informconf.
También se busca a través de esta normativa evitar las prácticas crediticias abusivas y engañosas. Recientemente se tuvo una charla sobre el tema en San Pedro, donde estuvieron 350 participantes.
Sin embargo, reconoció que existe un déficit en cuanto a la Dirección de Extensión Agraria (DEAG), puesto que solo el 37% de los productores tiene asistencia técnica del MAG. El resto no tiene ninguna ayuda o recurre al sector privado. Esto se debe principalmente a que el 60% de los funcionarios son administrativos y el resto técnicos, alegó. Desde el Ministerio se pretende revertir la situación, según aseguró Baruja desde los estudios de Telefuturo.
Con cosechadora pero sin semillas
Desde el ex Seminario Metropolitano, el dirigente de la Federación Nacional Campesina (FNC), Marcial Gómez, se refirió a las declaraciones del ministro y lamentó que el problema es que las palabras no se reflejan en los hechos.
Sobre el problema de la tierra, se quejó de que el modelo empresarial arrincona a las familias campesinas, en tanto que habiendo una ley de deforestación cero, se siguen echando árboles para el cultivo extensivo de la soja.
Si bien admitió que el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) trabaja en la recuperación de tierras, refirió que se centra solo en pequeños lotes “pero a los latifundios no se les toca”, lamentó.
El sector campesino sostiene que el Estado está potenciando a los latifundios, a la agroexportación y a los ganaderos.
Gómez mencionó que el algodón prácticamente se eliminó y comentó que se necesitan al menos 60.000 hectáreas para satisfacer el mercado interno derivado del textil, que a su vez puede generar 20.000 puestos de trabajo, pero actualmente se pierden millones de dólares en la importación de productos textiles.
Al respecto, el secretario de Estado le recordó que el MAG compró cuatro cosechadoras para reactivar la producción, pero el líder campesino fue tajante al responder que nuevamente se está priorizando la agricultura mecanizada, en detrimento de la mano de obra de los labriegos, que deben emigrar hacia los cinturones de pobreza de las ciudades. “El año pasado no había ni una bolsa de semilla nacional de algodón para plantar, pero ustedes compraban cosechadora, desmotadora...”, criticó.
Agregó que se importa el 50% de los rubros básicos, incluso el ajo se trae desde China, “eso es una vergüenza nacional”, sentenció.