Arestivo comentó que en más de 40 años de profesión atendió varios casos de crisis psiquiátricas que se planteaban como posesiones demoniacas.
“Son crisis de trastornos psiquiátricos y neuróticas que las veces que intervine hemos solucionado con psicoterapia y medicamentos, no con intervención de la Iglesia”, aseguró el profesional.
En este mismo periodo de tiempo ejerciendo la profesión, nunca vio casos de personas que caminen por las paredes, cambien sus voces o hablen en idiomas desconocidos.
“No creo en las posesiones diabólicas de las personas”, sentenció en comunicación con la 970 AM este martes.
Incluso, criticó que en varios casos, los familiares, muy creyentes, no saben tratar un caso psiquiátrico, y en su afán por ayudar a su pariente a sanar, los llevan a las misas de sanación, que terminan siendo perjudiciales, porque lo que esa persona necesita es estar medicada y controlada por médicos.
En un caso que recuerda “querían hacerle exorcismo y lo único que han conseguido fue empeorar y ponerle en situación de desesperación y de aumentar la crisis en el paciente”, dijo.
Sin embargo, manifestó que dejará abierta la posibilidad y cuando sea el momento se reunirán con los representantes del ministerio de exorcistas que creará la Iglesia Católica, aunque esa reunión hasta el momento no se ha dado, por ende no se trató el tema en la sociedad de psiquiatría.
El Arzobispado de Asunción conformó bajo decreto un equipo especial de exorcismo, que contará con el apoyo de profesionales de la salud. Estarán apoyados por profesionales en el área de la ciencia de la salud y religiosos. Esta disposición se da ante la necesidad de una atención específica a estos problemas, de acuerdo con el comunicado.
Coincidencias
Pero tanto la Iglesia Católica como el vicepresidente de la Sociedad Paraguaya de Psiquiatría, coinciden en que cada caso debe ser debido y minuciosamente analizado.
Los miembros del Equipo Pastoral del Exorcismo trabajarán para discernir cada caso según corresponda y así identificar si es una posesión o un problema sicológico. Se encargarán de identificar cada caso y buscar una solución.
Arestivo dijo también que cada caso debe ser estudiado en particular, teniendo en cuenta que cada persona/paciente, tiene su historia, que a su vez aglomera una serie de situaciones independientes que no pueden ser englobadas.
“No se puede dar un concepto general, estandarizar, hay que estudiar caso por caso”, especificó, y agregó que se estudia a la persona, y no el síntoma.
Recordó un caso que le tocó tratar en la compañía Torres Cué, entre los departamentos de Guairá y Caazapá, donde una mujer parecía convulsionar, saltaba y gritaba. Se trataba de una joven mujer indígena.
Intervino una Comisión de Salud Mental y verificaron que el problema de fondo era que por medio de un payé, habían enterrado al hijo neonato de la mujer.
“Lo que hicimos fue pedir a Monseñor de Villarrica que vaya a intervenir, a desenterrar y darle una cristiana sepultura al bebé fallecido. Las cosas se resolvieron a ese nivel, pero no fue un exorcismo”, subrayó.