Giménez recordó el viaje que realizaron los obispos de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) al Vaticano, el pasado mes, donde un cardenal les adelantó que habría buenas noticias sobre el pedido de beatificación de la paraguaya Chiquitunga.
“Es una bella figura consagrada, la cosa va bien, es una causa muy madura”, fueron las palabras del cardenal, según reprodujo el obispo. Luego de ese anuncio, los teólogos del Vaticano aprobaron la mediación de Chiquitunga en un milagro.
Giménez anunció que el próximo año se llevará a cabo la ceremonia de beatificación, por primera vez, de una paraguaya. Dijo que es un regalo que sea en coincidencia con el Trienio de la Juventud. “Todo el pueblo paraguayo se prepara como corresponde, no puede ser que se venga una beatificación y no nos hemos preparado”, exhortó.
Además, pidió a la CEP que organice todo el acontecimiento con un equipo de trabajo, que se elija un lugar apropiado y que la fecha no coincida con las elecciones del 2018.
Igualmente, lanzó varias preguntas que, según señaló, deben definirse: la patrona de quién va a ser, cuándo será la fiesta patronal, si sería posible que se construya un santuario adecuado para la beata y dónde será venerada.
“No sé, se podría construir un santuario hermoso, no grande pero adecuado”, indicó monseñor.
Chiquitunga nació en Villarrica el 12 de enero de 1925 y fue inscripta con el nombre de María Felicia Guggiari Echeverría. Murió a los 34 años el 28 de abril de 1959. El proceso de su beatificación se inició el 13 de diciembre de 1997.
Un Nuevo Testamento para cada joven
En el marco del Trienio de la Juventud, el obispo instó a cada joven a conseguir un libro del Nuevo Testamento, ya que en él se enseña a ser felices.
“Que cada uno se consiga su Nuevo Testamento y vaya leyendo despacito, a lo mejor empezando por el evangelio de San Marcos, porque es relativamente fácil de leer, es casi como si hubiera escrito un periodista ese evangelio, es interesante y así empezás y querés seguir leyendo”, mencionó el religioso y agregó que luego pueden leerse los demás evangelios.
Sin embargo, Giménez destacó que las palabras más importantes son las de Jesús, quien enseña a amar al padre y al prójimo y qué se debe hacer para “ser felices y hacer felices a los demás”.
Llamado a la vida religiosa
Monseñor Giménez hizo énfasis en la primera parte de su homilía en el llamado a unirse a la vida religiosa. Pidió a las personas que sienten el llamado de Dios que tomen la decisión “como parte la libertad”. Invitó a que se interioricen sobre cómo hacer para formar parte de la comunidad de religiosos buscando información en internet, “a través del celular”.
Ama tus amaneceres
El obispo se refirió al tema central de la homilía: “Jesús llama a los jóvenes a amar a Dios, a sus hermanos y hermanas y a la naturaleza creada”.
En ese sentido, habló de los contactos sobrenaturales y naturales. Así, pidió amar a Dios, a la Virgen, el espíritu y los difuntos, como los contactos sobrenaturales. También amarse a uno mismo, a la familia y amigos, las responsabilidades, el trabajo, el estudio, como parte del mundo natural.
“No caer en la tentación de copiar nomás y seguir pasando de curso, el día de mañana sos un ministro y resulta que llegaste copiando”, criticó.
Giménez resaltó la importancia de amarse a sí mismo y puso como ejemplo a aquellas personas que quieren sacarse la vida cuando tienen problemas.
“Amarse a sí mismo para amar a los demás. Ama tus amaneceres. Alégrate, no todos amanecen, agradécele a Dios por la vida que te regala”, expresó.
“Amar a Dios sobre todas las cosas, incluso sobre tus cosas más queridas, por ejemplo, tu celular, amar a Dios por encima de tu celular”, lanzó el obispo.
Festividad de Caacupé
Durante las festividades de Caacupé, cientos de miles de peregrinos paraguayos y extranjeros arriban hasta la capital espiritual, en el Departamento de Cordillera. Ahí se sitúa la Basílica Menor, construida en honor a la Virgen Serrana, considerada la patrona de la fe de Paraguay.
La peregrinación central se da entre la noche del 7 y la madrugada del 8 de diciembre, antes de la misa central.