Desde hace tiempo esta familia arma su pesebre ya desde el mes de octubre, cambiando cada año el motivo, pero manteniendo siempre la imagen del Niño Jesús, una reliquia jesuita que perteneció a la bisabuela. Calculan que lleva en la familia más de 100 años, comenta Ramona Sánchez.
Luego de ver el retablo que hizo Koki Ruiz para la venida del Papa a nuestro país y la unidad en torno a la fe que esto logró, los hermanos Sánchez, que son seis, se pusieron en comunicación con el artista para solicitar el permiso correspondiente e iniciar los trabajos.
Cocos, maíz y cielo estrellado de ñandutí forman parte de un establo muy particular donde está montado el nacimiento del Niño Jesús, quien vino a salvar al mundo del pecado y a quien cada diciembre se recuerda y se le encomienda la renovación de la fe.
Una cascada de agua con serranía de fondo forma parte de esta tradición familiar que lleva más de 80 años uniendo a los Sánchez de Itauguá Guasú.
Estará oficialmente habilitado para visitas desde el 19 de diciembre, desde las 09.00 hasta la medianoche, sobre la ruta Marcial Samaniego –que une Itá con Itauguá–, a tres kilómetros de la ruta 2, camino al Hospital Nacional.
Los visitantes que llegan desde varios puntos del país e incluso desde países vecinos pueden ingresar dentro del pesebre para apreciar mejor esta obra de arte, tomarse fotografías y hacer algunos videos.
El Día de Reyes se realiza el cierre oficial del pesebre con una merienda que ofrece la familia a los niños del barrio, como agradecimiento a Dios por las bendiciones recibidas durante el año, donde también reparten algunos juguetes que reciben como donación de parientes y amigos.
Retablo. Para armar el retablo recibieron la ayuda de un amigo de la familia de nombre Randi, quien se encargó de realizar los diseños. Los hermanos y sobrinos fueron los que se encargaron de la pegatina de cocos y espigas de maíz.
También decidieron incluir el tejido que representa a la ciudad, el ñandutí, que fue colocado en el techo y en las paredes. La ornamentación es digna de destacar, ya que además de la flor de coco, pasto, banano y otras plantas típicas de nuestro país, incluyeron dos bonsáis.
Tiene una dimensión de 12 metros por 6 metros, con una gran entrada, donde cada año en los días 25 y 31 de diciembre, al igual que el 1 de enero, unas quince a veinte mil personas personas se aglutinan esperando ingresar para ver el novedoso pesebre de la familia Sánchez en Itauguá Guasú, que en este 2015 recibió el reconocimiento de la Municipalidad local.