Elías Cabral | Canindeyú
La producción empezó en julio del año pasado, cuando se instaló la infraestructura y la preparación de terreno para la plantación en bandejas de las semillas, para que en octubre fueran trasplantadas en lugares definitivos, de manera a tomar la primera experiencia en este sistema de producción.
Ya desde el 4 de enero de este año se comercializaron un total de 11.652 kilos de tomate que fueron llevados a un supermercado de Asunción a un precio de G. 3.000 por cada kilo, beneficiando con más de G. 34 millones a parte de la comercialización al por menor.
Es grande la expectativa de los 60 miembros del Comité Frutihortícola San Isidro, quienes logran cosechar actualmente unos 600 kilos de tomate en forma semanal por cada invernadero, que tiende a aumentar según las técnicas y la infraestructura que se vayan agregando al proyecto.
El ingeniero Guillermo Cabrera, uno de los técnicos del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) encargado de la asistencia técnica, valoró el esfuerzo de los pequeños productores para la concreción del proyecto con el que las familias de vuelta van logrando el arraigo en el campo.
Cabrera dijo que el sistema de riego es esencial para la obtención de buenos resultados, en ese sentido, precisó que en algunos sectores altos es muy necesario la excavación de pozos para solventar la cantidad de agua necesaria.
“Estamos gestionando en el Ministerio de Agricultura la excavación de al menos 3 pozos en un sector donde existen 8 invernaderos” indicó.
La producción de los tomates fue posible gracias a la instalación de 60 invernaderos por la Gobernación de Canindeyú y 6 invernaderos modernos por parte del comerciante Tomás Dávalos.
La certificación de la producción por parte del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave) fue fundamental para el traslado hasta el local de comercialización del tomate que se produce en Santa Rosamí, a través del registro se evita contratiempos, aseguró el funcionario público.