“La patria nos ha producido mucho dolor, porque para construirla han matado a nuestros abuelos y abuelas”, se lamentó Eva Gamboa, del pueblo Wichi.
Explicó que lo que hoy conocemos como “países” se encuentran en lo que siempre fueron territorios indígenas, “pero siguen expulsando a estos pueblos o dejándolos acorralados, sin opción de seguir siendo”, denunció.
Para ella, la única opción de frenar el despojo es el reconociendo del derecho al territorio de los pueblos nativos, que además de tierra incluye a las personas, su cultura, los animales, las plantas, es decir, todo el entorno y la forma de vida.
También recordó a las mujeres de la Amazonía colombiana y expresó su tristeza sobre el resultado del plebiscito que rechaza el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia (FARC). “Las mujeres indígenas no quieren guerra, quieren criar a sus hijos, no quieren tener que enterrarlos”, agregó durante la apertura del Encuentro Transfronterizo de Mujeres Indígenas del Gran Chaco Americano.
En la misma línea, Hilaria Cruzabie, de Paraguay, se quejó de que cada vez es más difícil conseguir alimentos en la Región Occidental, donde hay 13 pueblos indígenas. Los alimentos, los bosques y los territorios de los aborígenes les son despojados.
Desde Bolivia, Silvia Eugenia Canda habló del proceso de lucha por un gobierno autónomo de los pueblos indígenas de su país. Comenzó en 1987 y si bien se consiguió la paridad democrática, hoy se discute la participación real de las mujeres en los espacios de poder, publica el Centro de Documentación y Estudios (CDE), que recoge algunos testimonios.
“Para nosotras los derechos humanos están ligado a los territorios”, dijo a su vez Tsitsina Xavante, de Brasil. Se refirió al desafío de hablar de género así como del fortalecimiento de las capacidades de las mujeres indígenas. “Las mujeres no somos parte de un pueblo, somos pueblo”, añadió.
El encuentro de mujeres indígenas continúa este viernes en la ciudad de Filadelfia, departamento de Boquerón.