Si bien el nivel de morosidad actual ubicado en un 3,3% es manejable, los datos indican que en seis de los nueve segmentos sufrieron aumentos en la cartera vencida.
La cartera del crédito de consumo es la que tiene el nivel de morosidad más alto con un 6,19%, que tuvo un incremento en el último mes de referencia.
Le sigue la cartera de crédito que es destinado al comercio al por menor con un 5,24%, pero que en el último mes de estudio logró reducir levemente su porcentaje.
El año pasado fue motivo de preocupación la morosidad en el segmento dedicado al sector de la construcción y, actualmente, ocupa el tercer lugar más alto.
La morosidad por préstamos tomados de los bancos por este sector tuvo un leve incremento en febrero y se ubica actualmente en 4,70%.
Los desarrolladores de este segmento habían explicado que la morosidad no estaba ligada a las grandes obras de infraestructura, pues estos se financian con capital propio y en un muy bajo porcentaje con créditos del sistema bancario local.
Señalaron que los problemas estarían más ligados a emprendimientos de mediano porte, pero que tampoco significaría un motivo de preocupación.
La morosidad ha tenido leves aumentos en sectores como los cultivos agrícolas (2,57%), la cría de animales (3,32%), la industria de manufacturas (3,72%) y la vivienda (2,175%).
El sistema financiero esperaba que el incremento en los niveles de consumo interno estimule a recuperar la colocación del crédito; sin embargo, estas expectativas de momento están siendo defraudadas.
Los créditos en guaraníes se desaceleraron y crecen apenas a un 2,7% interanual; mientras que las colocaciones de créditos en dólares no salen del signo negativo y caen a un -2,8% interanual.