Se caldea el ambiente al interior de la ANR en medio de amenazas de expulsión a disidentes y la pulseada por la reelección del presidente de la República, Horacio Cartes.
Tal es así que hasta los más mesurados aparentemente comienzan a mostrar garras en defensa del mandatario. Es el caso del ex anticartista y ahora férreo aliado del oficialismo, Juan Darío Monges.
Este despotricó contra el actual colorado de la disidencia, Juan Carlos Galaverna, a quien trató de “ladrón confeso de la voluntad popular”, además de “sinvergüenza”, y de no tener estatura moral ni política.
“Juan Carlos Galaverna asestó una puñalada terrible al corazón de la democracia”, sentenció Monges, con relación al fraude en los comicios del 98, perjudicando al extinto Luis María Argaña y a favor de Juan Carlos Wasmosy.
Monges ya no recuerda los tiempos en que operaba en contra de Cartes y hasta lo trataba de narcotraficante.
“No tiene ningún proceso que lo determine como tal. No he dicho fulano es narcotraficante”, fue su defensa.
Expulsión. Se refirió a la convención del próximo 29 de este mes, y al pedido de los convencionales de la expulsión de Calé.
“Aquellos quienes tienen cuentas que rendir con el partido ante la magna convención que lo hagan. Si se refiere particularmente al ladrón de la voluntad popular, estoy de acuerdo”, refirió, con relación a la amenaza que lanzó el esteño Javier Zacarías Irún.
“Se jacta como la máxima expresión del coloradismo. Hay que mirar conducta. Desempolvemos. Hay un solo ladrón de la voluntad popular confeso: Juan Carlos Galaverna Delvalle. Habla como impoluto”, cuestionó Monges.
Alegó que Galaverna fue un “vulgar perifoneador” del ex presidente Andrés Rodríguez, después de haber sido intendente de Alfredo Stroessner.
Relató que luego estuvo con Wasmosy y “el más zalamero del doctor Argaña”. “Es un oportunista de gobiernos de turno”, sentenció, y agregó que hasta cuando estuvo con Nicanor Duarte Frutos conspiró en contra del mismo.
Dijo que sus “amigos jueces” le liberaron a Calé tras confesar el robo de elecciones. Indicó que los convencionales pueden tomar la determinación de expulsarlo del partido y “con razones bien fundadas”. Luego ironizó sobre las expresiones de Calé con relación a su coloradismo y su dedo del meñique. “Se jacta de su coloradismo... que su pezuña”, expresó en tono burlón.
“Si en la convención se determina su expulsión, enhorabuena”, auguró. “Que vaya a la convención. Que lo interpelen”, sentenció.