Por Rodrigo Houdin - @rodrigohoudin
El término 2.0 comprende comunicación, interacción, aplicaciones, facilitar y compartir información, en una plataforma virtual.
Muchos nos hemos sorprendido al momento de ver una inesperada solicitud de amistad en el Facebook, un nuevo seguidor en el Twitter o en el Instagram. ¡Es mi mamá! Al instante surge pregunta ¿La acepto? Algunos lo hacen, otros no. La sorpresa no es menor cuando llega un mensaje de WhatsApp.
Conversando sobre el tema “Mamá 2.0" con familiares y amigos, se escucha: “mi hijo me bloqueó", “me deja en visto”, “no le da me gusta a mis posteos”, “está en línea por horas y no me responde”. Del otro lado, se escuchan reclamos como: “mamá me hace pasar pelada”, “me etiqueta en tonterías”, “sube mis peores fotos”, “me controla mucho desde que usa WhatsApp”.
¿Cómo se explica este fenómeno?
Para el médico Julio Torales, psiquiatra de adultos, niños y adolescentes, profesor de la Universidad Nacional de Asunción y del King’s College London, Reino Unido, la aparición de madres 2.0 tiene aspectos sumamente positivos, así como puntos negativos.
“Cuando hablamos de evolución debemos pensar en los cambios positivos que favorecen al empoderamiento de la mujer. Ella no es solo madre, también es esposa, amiga, profesional y va ganando múltiples roles”, explica el profesional.
Julio Torales señala que el principal motivo por el que las madres utilizan las tecnologías es para acercarse a sus hijos y mantener la comunicación. Sin embargo, esto también le permite encontrarse con sus viejos afectos. “Es ventajoso cuando los padres utilizamos las redes para entretenernos, con un propósito definido, para acceder a la información y para crecer como personas”, aseveró el médico.
El profesional resalta que “no está mal visto, desde ningún punto, que las madres utilicen las tecnologías”
El emoticón versus la sonrisa verdadera
Como todo fenómeno, la presencia de las mamás en las redes también tiene aspectos negativos. “Las tecnologías deben ser un complemento de la comunicación tradicional Cara a Cara”, advierte el docente.
“Los padres debemos ponernos límites y analizar en cuánto incidimos en la independencia y desarrollo de nuestros hijos. No se debe confundir el cuidado con la protección. Esto es útil, pero hasta cierto punto. Debemos saber cuándo retirarnos”, advierte el doctor Torales.
El profesional mencionó que cuando un adolescente sube una foto con su novia o amigos a las redes y la mamá comenta esa fotografía. Generalmente los hijos rehúyen esa situación. “A veces terminan bloqueando a sus mamás. Las tecnologías deben generar comunicación y no conflictos”, relató.
Otro ejemplo del uso inadecuado de las tecnologías es cuando los padres utilizan el WhatsApp para decirle cosas a su hijo. “Vení vamos a comer” en vez de ir hasta él y decirle en persona.
“A veces estamos en la misma casa y le escribimos ‘abrígate’. Hay muchas cosas que la comunicación tradicional puede solucionar”, ejemplifica.
El especialista Julio Torales resume este punto con una frase corta, pero con mucho sentido: “Un emoticón nunca va superar a una verdadera sonrisa”.
¿A qué edad le doy a mi hijo acceso a las tecnologías?
Para el psiquiatra especialista en adolescentes la edad adecuada para darles acceso a las tecnologías a los hijos es 14 años. “A esta edad, empieza a haber independencia”, afirma.
“Debemos recordar que el acceso a Internet debe ser entregado de a poco, aunque esto signifique cambiar muchas cosas. No se puede dar un acceso full a Internet a un niño de 10 años, a esta edad ellos están expuestos a muchas cosas”, asevera.
Julio Torales advierte que los niños están expuestos a muchas cosas al sumergirse en el mundo de la red. “Si nosotros los que somos mayores pudimos crecer sin estar con las tecnologías, ellos también lo pueden hacer. Todo tiene que tener un tiempo justo”, concluye.
La presencia de las mamás en las redes sociales, en conclusión, es positiva como un complemento de la comunicación tradicional, atendiendo siempre los contextos de cada interacción y sus consecuencias.