26 abr. 2024

La victoria de Macri tendrá impacto positivo en Paraguay

Por Adrián Cattivelli  – Adrian-Cattivelli@uhora.com.py

Por Adrián Cattivelli – Adrian-Cattivelli@uhora.com.py

Las relaciones con la Argentina de Cristina Fernández de Kirchner no dejaron un saldo favorable para el Paraguay. Menos aún para el Mercosur. El estilo de la mandataria nunca dejó margen para un diálogo sincero; menos aún afable. La crispación constante de su discurso era su método de gobierno, tanto para afuera como al interior de su propio país. Quedan ya para la historia aquellas palabras pretendidamente reservadas del Pepe Mujica describiendo, en lenguaje criollo, la terquedad de la viuda de Néstor Kirchner: “Esta vieja es peor que el tuerto”.

Finalmente, cerrado ese ciclo, la llegada de Mauricio Macri al poder se presenta como auspiciosa para el Paraguay. En primer término, porque cualquier renovación en el poder permite insuflar nuevos aires en el relacionamiento de dos Estados, sobre todo cuando la situación anterior había alcanzado niveles tan pronunciados de deterioro (sea por los motivos que fueren y encontrándosele las justificaciones que se le encuentren, al fin de cuentas Cristina fue una de las principales responsables de la expulsión del Paraguay del Mercosur, hecho que difícilmente pueda ser olvidado por la opinión pública).

Por otra parte, Mauricio Macri y Horacio Cartes comparten un mismo origen como empresarios vinculados al ámbito del deporte. Se conocían con antelación y mantuvieron un trato amistoso a lo largo de al menos la última década. Ya en épocas de precampaña, Macri visitó Asunción, donde fue recibido con singulares demostraciones de amistad.

La diplomacia presidencial ha adquirido una destacada importancia en los últimos treinta años, por lo que una buena comunicación entre los mandatarios es crucial para darle contenido y poner en marcha una agenda bilateral ambiciosa.

Por lo pronto, hay que conseguir cerrar con Argentina la renegociación del Anexo C del Tratado de Yacyretá y lograr que el vecino país salde la deuda de alrededor de 150 millones de dólares que mantiene con Paraguay por la cesión de energía no consumida de la hidroeléctrica, correspondiente a los años 2014 y 2015. De ello dependerá, luego, que pueda impulsarse la construcción de la nueva represa de Corpus, proyecto ideado hace unos 40 años que nunca ha podido ser concretado por distintas circunstancias del devenir político argentino.

Pero el triunfo de Macri supone al mismo tiempo un giro geopolítico importantísimo en la región. Su llegada al poder puede servir para rescatar al Mercosur de la intrascendencia y la agonía económico-comercial en la que se encuentra sumido desde hace cuando menos una década.

La presencia de Macri permitirá contar con una nueva correlación de fuerzas políticas al interior del bloque, evitará que la patota populista –por su simple mayoría numérica– se lleve todo por delante, posibilitará avanzar en acuerdos comerciales de carácter bilateral y, sobre todo, impedirá que el autoritario presidente venezolano Nicolás Maduro continúe pisoteando miserablemente los derechos humanos de los venezolanos en desmedro de toda la normativa comunitaria creada para preservar y promover la vigencia de la institucionalidad democrática en el Mercosur.

En síntesis, los “buenos aires” que soplan en la Argentina traerán aparejados beneficios relevantes para el Paraguay y la región. No sabemos si tan profundos como los deseados, porque la realidad que el nuevo mandatario hereda de sus predecesores no le dejará un gran margen de maniobra, sobre todo en el ámbito económico, pero el solo cambio de estilo y de signo político permitirá renovar un sistema de vinculación que había caído en un retroceso irreversible.

Por lo pronto, el flamante presidente estará en Asunción el 21 de diciembre, con motivo de la celebración de la Cumbre del Mercosur. Aquí, en vivo y en directo, tendremos la ocasión de palpar los primeros frutos del gravitante cambio de signo político operado ayer en nuestro vecino del sur, así como la proyección del mismo de cara a un futuro que, todos anhelamos, sea más promisorio y alentador.

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