Un pueblo con esperanzas y mucha fe recibió al jesuita aquel domingo 12 de julio en que la cancha de uno de los barrios más pobres del país fue copada de espectadores. El amplio contenido social resaltó aquella visita de Francisco y marcó la diferencia con otros encuentros ofrecidos por el representante del Vaticano en la tierra guaraní.
La histórica visita del papa Francisco al barrio San Juan del Bañado Norte motivó al equipo de El Eco de la noticia, de ULTIMAHORA.COM, a conocer “un poco más” del paso del jesuita por el lugar. El Eco transmitió en vivo este miércoles una conversación mantenida con uno de los protagonistas de aquel hecho: Ireneo Valdez, sacerdote jesuita de la capilla del barrio.
“Con su visita el Papa nos dijo que su preocupación apunta a lo social, a los pobres, marginados, los sin tierra, entonces para nosotros su llegada significó la presencia misma de Dios en el lugar”, relató el pa’i con lágrimas en los ojos, resaltando que el encuentro les significó un baño espiritual.
El lado espiritual del Bañado
Explicó que cuando se enteraron de que Francisco pisaría la capilla San Juan, la misma comunidad se llamó a un momento de reflexión, de preparación espiritual.
Narró que cuando el Santo Padre bajó del coche que lo llevó hasta el lugar, él lo recibió y acompañó en el recorrido. “Se bajó y me dijo: ‘el párroco’, en ese momento me sentí muy emocionado. Le acompañé a la capilla porque tiene como costumbre orar antes de celebrar una misa”, detalló Valdez.
Según su relato, cuando Francisco ingresó al templo y se dispuso a conversar con Dios le llamó la atención la manera como se posicionó ante el Santísimo, “como diciendo ‘estoy aquí porque te descubro a ti en la gente que está aquí', eso me impactó", puntualizó.
Un pueblo con verdadera fe
“Acá tenemos creyentes de verdad que nos sostienen. Es impresionante cómo viven la fe y la confianza en el señor. Recuerdo que una vez iba a tener una reunión con un pequeño grupo y me pregunté qué es lo que le voy a decir a esta gente. Empezamos la reflexión y ellos agradecieron a Dios porque ese día vendieron algo o porque comió su hijo; la vida de ellos está sumergida en Dios”, comentó el hombre sin dejar de derramar lágrimas al recordar todo lo sucedido.