La paciente, de 22 años de edad y con 30 semanas de embarazo (seis meses), ingresó en Urgencias del centro médico el pasado lunes 28 de marzo, por ruptura prematura de membrana de agua (bolsa amniótica), razón por la cual quedó internada en el área de alto riesgo de gineco-obstetricia.
Fue compensada y estuvo evaluada y monitoreada con el tratamiento requerido para tratar de estabilizar y prolongar lo máximo posible el tiempo de embarazo, atendiendo a que el parto aún era prematuro.
Sin embargo, el pasado domingo en horas de la noche la paciente entró en trabajo de parto con contracciones, dolores en bajo vientre y pequeñas pérdidas de sangre, por lo que se la trasladó a la sala de partos para mayor control.
Ante la complicación en la actividad cardíaca fetal, que iba en descenso, se decidió practicarle una cesárea de urgencia este lunes, cuando ya se constató el deceso del recién nacido, según informaron desde el IPS.
“El momento del parto se puede estirar hasta el trabajo de parto porque la ruptura de la membrana acelera ese proceso; entonces, a mayores contracciones, se evaluaban los latidos del bebé y se prosiguió a practicarle la cesárea de urgencia”, refirió Vicente Battaglia, médico ginecólogo.
El personal de Obstetricia estuvo a cargo de todo el procedimiento, desde los controles diarios y durante cada hora de su internación, hasta constatar el deceso, que fue comunicado a sus familiares.