18 may. 2024

Filizzola se prestó para ejecutar el atraco de la mayoría en el Congreso

El senador del Frente Guasu repitió el cuestionado papel de Julio César Velázquez al avalar la modificación del reglamento interno y la enmienda, así como los cambios en el Consejo y el Jurado.

Autoproclamación.  Filizzola va a ocupar lugar de Acevedo.

Autoproclamación. Filizzola va a ocupar lugar de Acevedo.

El nuevo atraco perpetrado por la mayoría en el Senado, conformada por cartistas, llanistas y luguistas, el jueves pasado, parecía una repetición calcada de lo que fueron aquellas reuniones el 28 y 31 de marzo pasado en torno a la polémica enmienda.

El cuestionado papel que había hecho en ese entonces el colorado Julio César Velázquez, ahora fue protagonizado por el senador del Frente Guasu, Carlos Filizzola.

El legislador se prestó para llevar adelante prácticamente un avasallamiento al que generalmente recurre la clase política escudándose en las mayorías que son circunstanciales y de acuerdo con los intereses de los políticos de turno.

Esta vez los aliancistas con la venia del presidente de la República, Horacio Cartes, impusieron a Fernando Lugo como titular del Congreso en busca de gobernabilidad.

Como parte del pacto que también apunta a que el mandatario consiga un fiscal general a su medida, sobre la hora resolvieron hacer cambios en el Consejo de la Magistratura, así como en el Jurado de Enjuiciamiento.

Para completar el paquete, sutilmente aprovecharon para tratar y aprobar las actas de lo que fueron aquellas reuniones clandestinas en la bancada del Frente Guasu, que incluyeron modificar el reglamento interno del Senado y el proyecto de ley de la enmienda.

En esa oportunidad, Velázquez, en su carácter de vicepresidente segundo del Senado, se autoproclamó presidente del Congreso, aun con la presencia del propio Roberto Acevedo y del vicepresidente primero, Eduardo Petta.

En la sesión del jueves, el que se prestó al juego político de la mayoría fue Filizzola, a quien en coro pidieron que ocupe el lugar de Acevedo, quien anunciaba que se retiraba de la sala bicameral.

Apenas se sentó, y Petta ya estaba tras suyo reclamando su espacio por lo que el luguista tuvo que ceder en medio de una fuerte discusión.

Desde sus bancas, los oficialistas y sus aliados insistían que Filizzola presida la sesión, y por momentos los ánimos estuvieron bastante caldeados.

Acevedo sostuvo que no correspondía la aprobación del acta por lo que se negó a dar curso. Petta estuvo de su lado y decidió levantar la sesión.

En medio de un griterío, Filizzola volvió a ocupar el lugar de la presidencia decidido a completar el acuerdo de los aliancistas continuando una sesión que ya había quedado sin efecto.

el orden. En el reglamento interno se establece un orden de prelación en torno a las ausencias de las autoridades de la mesa directiva.

Tal es así que en ausencia del presidente del Congreso lo reemplaza el vicepresidente primero, y si este tampoco se encuentra entonces le toca al segundo, que es lo que suele darse en las sesiones.

Cuando en medio de la sesión, o por motivo de fuerza mayor no se encuentren ninguna de las autoridades de la mesa directiva, entonces se recurre a los senadores que presiden las comisiones.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que tampoco se trata de cualquier comisión, sino que también hay un orden.

El que reemplaza al vicepresidente segundo es el presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales.

En caso de ausencia de este, recaería en el que preside Legislación y si no está entonces el que está al frente de la Comisión de Hacienda.

Esto que se está citando muy raras veces ha ocurrido, y en el caso de Filizzola, este preside la Comisión de Equidad y Género, hasta donde jamás se había llegado.

El hecho es que Acevedo y Petta se retiraron de la sesión. Como Velázquez quedó fuera del acuerdo también se ausentó. Adolfo Ferreiro, de Constitucionales; Enrique Bacchetta, de Legislación, y Desirée Masi, de Hacienda, responden a la disidencia que está en contra del atraco.

El único senador aliado al cartismo que tenía la presidencia de una comisión justamente era Filizzola y se erigió como titular del Congreso.

Más contenido de esta sección
Demasiados episodios grotescos en una semana como para no dedicarles unas líneas.
Tras las impactantes revelaciones que se obtuvieron con la operación Dakovo, que logró exponer tan explícitamente los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas, sobrevino una situación por de más escandalosa: la implicación de altos militares en actividades criminales. Esta fue sin dudas una dolorosa comprobación del elevado nivel de infiltración del poder mafioso dentro de las instituciones del Estado paraguayo. Además de ser profundamente vergonzoso, esto implica un ataque a la democracia.
El Congreso Nacional rompió récord esta semana con el proyecto de la ley de superintendencia; los senadores tardaron 15 minutos para aprobar; los diputados 11 minutos. En una convulsionada jornada, los diputados también aprobaron ley que suaviza penas para corruptos y los senadores salvaron al cartista Hernán Rivas, acusado de tener un título falso de abogado. Y como les quedó tiempo, también mutilaron la ley de puerta giratoria. Este es el espantoso combo navideño que el Parlamento le ofrece al pueblo paraguayo.
Los impactantes resultados de la operación Dakovo lograron exponer en forma explícita los alcances del crimen organizado en cuanto al tráfico de armas. En nuestro país, logró la detención de más de una decena de personas involucradas en un esquema de tráfico internacional de armas y una nota gravísima, entre los detenidos están un militar de alto rango así como ex funcionarios de la Dimabel. Es muy preocupante la manera en que la mafia y el crimen organizado están socavando nuestra soberanía y nuestra democracia.
No fabricamos armas, pero las comercializamos en cantidad industrial. No producimos cocaína, pero el país es depósito, ruta y puerto de embarque de cantidades industriales que llegan a los principales mercados del mundo.
Eduardo Nakayama abandona el PLRA. Solo y apresuradamente, dicen. Quién sabe. Explica que no ve ninguna posibilidad de que su partido pueda desprenderse de la infiltración cartista. Desde adentro ya no hay nada que hacer, sostiene.