El grupo terrorista Estado Islámico (EI) se enrocó en el barrio residencial de Al Rashidiya y en otras zonas más pequeñas, donde siguen firmes a pesar de que hace una semana las fuerzas gubernamentales recuperaron el resto de la mitad este de Mosul.
El analista militar Amr al Bak, general retirado del Ejército iraquí, dijo que en el noreste de Mosul quedan entre 1.000 y 1.200 combatientes radicales, pero se teme que otros se camuflaron entre los civiles. A los yihadistas les quedan 2 opciones, “rendirse o resistir”, pero ya están derrotados en el este, según Al Bak. El EI ya perdió a manos de sus enemigos la mitad oriental de Mosul, que está dividida en 2 por el río Tigris, y apuesta por la parte occidental, agregó Al Bak.
La mitad oeste de Mosul permanece bajo el estricto control de la organización radical, pero se encuentra rodeada por todos los flancos. La batalla al otro lado del Tigris, donde Al Bak estima que hay 5.000 miembros del EI, será aún más dura que en el este, debido a la elevada densidad de población y a la propia estructura de la ciudad. efe