25 abr. 2024

El Bañado Norte después de Francisco

Los preparativos subieron de tono, las casas fueron pintadas, los caminos adornados y el barrio se mostró con colores y esperanza días antes de aquel domingo 12 de julio de 2015, cuando el papa Francisco llegó al populoso Bañado Norte de Asunción.

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El Bañado después de los pasos del papa Francisco. | Foto: Archivo.

Por Kiara Coronel | @kiaracoronel

Producción: Stefanie Céspedes | @BetiStef

Audiovisual: Fabián Fleitas

Enterarse de que figuraban en la agenda de Francisco durante su visita al Paraguay los llenó de alegría y hasta lo consideraron como un milagro, a pesar de que el Santo Padre aún siquiera haya pisado suelo guaraní.

El barrio, a pesar de haber sufrido tantos golpes, al igual que su gente, luego de una serie de inundaciones tras la crecida del río Paraguay, se mostró esperanzado con la vista del mensajero de Dios y hasta creyó que con ello el Gobierno respetaría su tierra y ofrecería una alternativa viable para que el sector mejore su condición de vida.

A casi un año de aquel día de regocijos y ovaciones, las emociones y el positivo recuerdo siguen latentes. Rescatamos algunos testimonios durante un recorrido por el Bañado Norte y los compartimos con nuestros lectores en el siguiente material:

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La bendición del Papa y un conflicto social

Doña Carmen Sánchez conversó con ÚLTIMAHORA.COM y explicó que tiempo atrás todos los vecinos se mantenían unidos, pero que en la actualidad ya no es así porque las inundaciones los separaron y el conflicto social por la tierra sigue siendo una lucha con el Gobierno, quien no desiste de sacarlos del lugar y llevarlos al interior del país.

“El año pasado para recibirle al Papa trabajamos los vecinos de forma unida. Ese día que llegó le vi de muy cerca, le toqué y en ese momento lloré porque demasiado emocionante era, me superó el momento”, recordó la mujer con una sonrisa que le nació del alma.

Comentó que tras la visita de Francisco su vida cambió un poco debido a la bendición que les impartió tras su paso por el populoso barrio. Espera, inclusive, que vuelva a Paraguay y visite su casa.

Los rosarios perdidos

Carmen recibió dos rosarios de las propias manos del Santo Padre, los cuales se perdieron durante las varias mudanzas que realizaron ante la crecida del río Paraguay. Dijo que si bien no se quedó con un recuerdo material de la visita del “enviado de Dios”, la imagen de cuando lo vio pasar por el pasillo que ella diariamente transita para llegar hasta su casa sigue firme en su mente y corazón.

Detalló con gran emoción que en los días previos a la llegada del Papa varias personas llegaron hasta el Bañado, personas que hasta querían quedarse en la casa de los vecinos para esperar a Francisco, el carismático representante del Vaticano.

Dichosos con la visita

“Una periodista argentina que llegó hasta la zona nos dijo que si le hablo al Papa que le pida de paso que visite también su país, lo que me hizo sentir dichosa porque nosotros tuvimos el privilegio de tenerle con nosotros”, reflexionó.

Las demás familias del Bañado que recibieron al representante máximo del catolicismo, inclusive dentro de sus precarias viviendas, siguen viviendo en otras ciudades a causa del desborde del río, esperando que el Gobierno les brinde alguna solución ante sus pesares, aquellos que los condiciona a vivir como una tribu sin destino.

Ña Francisca, sentada a lado del Papa

Le sorprendió la noticia y hasta sus vecinos se burlaban de ella. Nadie podía creer que una mujer de 87 años sería quien, en representación al Bañado, se sentaría a lado de Francisco cuando este oficiara la misa en el barrio.

Se trata de Ña Francisca, una mujer luchadora, madre de 13 hijos y abuela de “incontables” nietos. Desde muy joven se domicilia en la zona y nunca dejó de lado la fe católica. Una alegría única llenó su corazón cuando se enteró por medio de un pa’i que estaría muy cerca del Papa.

Explicó que no entiende lo que le pasó cuando Francisco le saludó y le dio la bendición. “Me agarró un no sé qué cuando el Papa me habló”, refirió.

“La gente se burlaba de mí. Les dije que no sabía por qué me eligieron, que mi cara es fea pero que mi corazón es de oro. Algo vieron en mí”, narró la mujer como viviendo de nuevo el momento.

El pedido de los niños: un barrio mejor

Antony Sosa, uno de los pequeños del barrio, comentó a ÚH.COM que él pudo abrazarle al Papa y que sueña con que el Santo Padre vuelva a visitarlos, pero que para cuando eso pase desea vivir en un barrio mejor.

Una de las niñas que se encontraba jugando en aquella misma cancha de fútbol en donde un grupo multitudinario de personas recibió el mensaje de Francisco, dijo que le pidió en oraciones aquella vez al Papa que mejore su barrio. “Le pedí que el barrio mejore, algo cambió pero está casi igual. Me sentí muy feliz cuando le vi al Papa hacia mi casa”, rememoró la niña.

¿Qué dijo Francisco en su visita?

Francisco visitó el barrio pobre de Paraguay recordando que el sector lucha por acceder a una vida digna, por un techo y todo lo que históricamente hicieron y hacen para enfrentar las inundaciones tras el desborde del río.

Los comparó con “la pequeña familia de Belén” en su discurso escrito, enfatizando en que la lucha que enfrentan “no les ha robado la sonrisa, la alegría, la esperanza. Una pelea que no les ha sacado la solidaridad, por el contrario, la ha estimulado y la ha hecho crecer. Me quiero detener con José y María, en Belén. Ellos tuvieron que dejar su lugar, los suyos, sus amigos”.

Durante su mensaje, el jesuita mostró una fuerte postura popular refiriendo que el encuentro se realizaba en la tierra de ellos, otorgándoles así el derecho de habitar en aquel barrio abandonado, vulnerado y sufrido que esconde Asunción, pero que los ojos de Francisco alcanzaron ver.

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