“Velas, señora. Rosario, joven”, repite una y otra vez a los promeseros que se acercan con esperanza hasta la basílica de la Virgen de los Milagros.
“Con la venta de las velas mantengo a mi familia, construí mi casita e hice estudiar a mis cinco hijos”, cuenta orgullosa mientras ofrece sus productos a los peregrinantes.
De acuerdo con lo relatado por esta sacrificada mujer, en principio solo se dedicaba a vender velas, posteriormente sumó la venta de cancioneros y hoy día también ofrece rosarios.
Doña Elba reconoce que todo lo que ha logrado hasta ahora es gracias a su fe y al esfuerzo que le inyecta cada mañana al trabajo.
“Antes de empezar con la jornada subo hasta el santuario a rezar y después de eso arranco con las ventas”, menciona.
Asegura que la venta de velas fluctúa de acuerdo con la época, como en todo negocio. Indicó que a diario se verifica un promedio de venta de diez paquetes de velas, cada paquete cuesta G. 10.000; mientas que la demanda de rosarios es de 5 unidades por día, cuyo valor oscila entre G. 5.000 y 10.000.
“Durante el novenario de la virgen hay más venta. Para la misa central se llega a vender unos 72 paquetes de velas”, explicó.
Añadió que más de 3.000 vendedores trabajan durante todo el año en la capital espiritual.
“Todos sobrevivimos de nuestras ventas. A todos la virgen nos pasa la mano, a todos nos da qué comer”, asegura emocionada doña Elba.
El deseo de esta humilde señora es que durante la fiesta mariana las ventas puedan incrementarse.