Recordó que estos aparatos se instalaron ya durante la presidencia de Blas Llano, cuando era vicepresidente segundo, y que en principio el sistema fue muy resistido.
“Nos encontramos con la manipulación del reloj biométrico. La misma empresa que instaló afirmaba y admitió que esto podría ser objeto de manipulación”, dijo.
“Ahora con las últimas denuncias de funcionarios relacionados a falsificaciones y otros hechos surge nuevamente la posibilidad de que una persona esté marcando por dos o más personas”, manifestó el legislador.
Incluso mencionó que la propia dirección de Recursos Humanos del Senado había recomendado a Acevedo que disponga una auditoría de los relojes biométricos.
“Lo que solicito al presidente es primero la instalación de cámaras sobre el reloj biométrico; segundo, la constatación de estos hechos sospechados y que se haga auditoría en serio”, refirió.
Sugirió además que se incluyan a los senadores y miembros de la prensa para trabajar de cerca y ser partícipes, y que se pueda sacar todo tipo de sospechas. “Esto es público y debe ser público”, consideró el senador.
Trajo a colación que en el Senado se cuenta con cámaras de control de seguridad que solamente graban una semana y se borran solas. “Es grave, porque la seguridad de un funcionario o un parlamentario dura una semana”, dijo.
“Esto obliga a que tengamos que ampliar la memoria de esto, no menos de dos meses me parece que sería prudente, y que pueda instalarse directamente sobre los relojes biométricos”, remarcó.
“Esto va a determinar no solamente que tengamos el registro de huellas dactilares o el pin que se le entrega para marcar, sino también la imagen (del funcionario). Hay denuncias de gente que llega antes de las 7.00, antes inclusive de las 6.00, como a las 5.30”, mencionó el legislador.
Alegó que supuestamente esa misma gente regresa muy tarde para volver a marcar su salida, tipo a las 19.00 o 20.00. “Cuando se tenga imagen, vamos a saber quién es el que viene”, señaló, aclarando que sí hay personas que entran temprano como los limpiadores y otros funcionarios que cumplen un horario diferenciado, y hay que separar de los demás casos.
“Al tener un registro de imagen, también le vamos a facilitar a Recursos Humanos si realmente viene una persona”, consideró Petta.