Morales, presidente de Bolivia, y Maduro, de Venezuela, que desde hace años mantienen una estrecha relación con la isla socialista y, hasta su muerte el pasado viernes, con Fidel Castro, fueron dos de los oradores más combativos del homenaje póstumo al que centenares de miles de personas asistieron en la Plaza de la Revolución de La Habana. Son esos dos presidentes los que principalmente han tomado el testigo de Fidel a la hora de demonizar a Estados Unidos, el “conspirador imperio”, como culpable de todos los males que aquejan a sus países. Otros líderes de la llamada Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) presentes en el homenaje, como los presidentes de Ecuador, Rafael Correa, y Nicaragua, Daniel Ortega, también tuvieron un papel destacado en la ceremonia, en la que participaron unos 20 jefes de Estado y de Gobierno de países de todo el mundo. efe