Doña Norma Rojas, una de las pobladoras del Bañado Norte, conversó con ULTIMAHORA.COM y comentó que hasta el sacerdote de la capilla San Juan, Ireneo Valdez, los abandonó y se llevó consigo parte de los adornos de aquel día. Hasta ahora, aseguró, no tienen contacto alguno con el religioso.
“Cuando iba a venir el Papa arreglaron nuestra calle principal, pero un año después nadie más apareció y la calle está completamente destrozada. Además nos quieren sacar de nuestras casas por el tema de la ampliación de la Costanera. Eso es algo que le dijimos al Papa y él nos respondió que esta es nuestra tierra, pero el Gobierno no quiere saber nada”, relató Rojas.
Aseguró que ni ella ni sus vecinos se rinden a la idea de abandonar todo aquello que construyeron para ir a un lugar alejado propuesto por el Gobierno, que los aleje de sus puestos de trabajo.
“La única cosa que pedimos es que nos dejen en donde vivimos, acá está nuestra fuente de trabajo. Nos quieren llevar lejos y ahí qué vamos a hacer si somos pobres y nuestro trabajo está por acá”, dijo.
Comentó que en el barrio realmente “no les falta nada”. “Hacés cualquier cosa y se puede vender”, señaló. Insistió en que todo depende de las ganas de la persona para salir adelante, más allá del sitio en donde viva.
Según los vecinos de la zona, cuando se dio a conocer la información de que Francisco visitaría el Bañado, muchas personas se acercaron al lugar solo para robarse protagonismo y aparecer para “un momento de gloria”, pero que cuando la “fiesta religiosa” por la venida del Papa llegó a su fin, todos “se borraron del mapa”, sentenció.