Ni la Fiscalía, ni los miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) ni el propio ministro de la Secretaría Nacional Antidrogas saben con precisión qué fue lo que pasó en Cuero Fresco, Horqueta, en donde explotó un artefacto en un móvil en el que iban el capitán de Ingeniería Enrique Daniel Piñánez Ciancio, el suboficial de Infantería José González Ferreira y el director de la Dirección Antiterrorismo de la Senad, Juan Manuel Jara, además de un cuarto integrante que está siendo protegido.
Los dos militares fallecieron en el acto, mientras los dos últimos lograron salir con vida del confuso episodio que involucra a quien sería integrante del ala logística de la Agrupación Campesina Armada (ACA), que supuestamente llevaba una mochila con explosivos provenientes de Vallemí.
El ministro Luis Rojas señaló que hasta ahora hay detalles que ni ellos mismos conocen, porque Jara, uno de los sobrevivientes, aún sigue en estado de shock, y tampoco el testigo que los acompañó dio su versión.
“Sobre esta persona no podemos hablar, porque queremos resguardarlo. Hay una vida de por medio”, apuntó.
La existencia de esta cuarta persona trascendió luego de que el director de la clínica San Antonio, doctor Sixto Barrios, revelara que atendió a dos heridos y no solo a Jara.
La versión del profesional dejó mal parado al fiscal Joel Cazal, quien dio la información de que en el móvil solo iban tres personas.
Las demás autoridades tomaron ese mismo discurso, que no convenció, de la misma manera en que no cierra la forma en que supuestamente ocurrió la tragedia.
Según la versión fiscal, cuando regresaban de la zona de Yby Yaú en donde estaban recabando informaciones, se cruzaron con un motociclista sobre la ruta 5 y el cuarto integrante lo reconoció; retrocedieron para verificar de quién se trataba. El conductor del biciclo quedó en la banquina, según Rojas, pero intentó arrancar la moto desesperadamente.
El agente especial Jara bajó del móvil, al igual que todos los ocupantes (inicialmente bajaron solo el cuarto integrante y Jara) con intención de atrapar al motociclista.
Allí, este dejó caer una mochila y no la arrojó dentro del móvil como se dijo inicialmente, afirmó Rojas.
El supuesto apoyo logístico de la ACA huyó de la escena de la tragedia, desde donde fueron socorridos los heridos, señalan los investigadores.
Jara ya no recuerda nada desde el momento en que quiso detener al motociclista. Hasta ahora es muy confusa la forma en que se desató la explosión. Los familiares de los militares caídos desmintieron que las víctimas hayan manipulado artefactos explosivos dentro del móvil.