Para tener un panorama más claro, hay que hablar de números, porque de eso se trata una elección. Gana el que tiene más votos y punto. Es una cuestión matemática. Las razones del elector son materias de análisis de las ciencias políticas, la sociología y la ronda del tereré.
El Partido Colorado sigue teniendo la mayoría de los municipios, 148 (diez más que el 2010) y la mayoría de votantes.
En segundo lugar se ubica el PLRA, que ganó 75 municipios (14 menos que el 2010) y 13 en alianza electoral.
El Frente Guasu ganó 3 municipios (1 más que el 2010), salió en segundo lugar en 8 distritos y metió 150 concejales. Es un sector en crecimiento.
El Unace ganó en 3 municipios (1 menos que el 2010).
Triunfaron 15 alianzas electorales (6 más que el 2010), entre ellas la hazaña más resonante en Encarnación. Esto le valió el retorno al escenario político al debilitado Patria Querida.
A la suma de municipios, hay que sumar los votos obtenidos por cada partido. En este duelo, gana el Partido Colorado que obtuvo 1.105.108 votos (48%); el PLRA mantiene su tradicional segundo lugar con 732.904 votos (35%), el PRF 114.783 votos (Asunción 5%), y los otros partidos y movimiento totalizan 244.650 votos (12%). En este punto hay que aclarar que lo del PRF es un dato equívoco porque Mario Ferreiro usó la chapa febrerista para candidatarse, por tanto en ese 5% hay votos liberales, independientes, socialistas y colorados. Los colorados que ven el vaso medio lleno dicen que mejoraron su perfomance electoral: “ganamos más municipios y tenemos más del millón de votos”.
Los que ven el vaso medio vacío evitan el análisis puramente matemático y admiten que no es lo mismo ganar tres distritos con menos de 10 mil votantes que perder Asunción, Lambaré, Fernando de la Mora o Encarnación.
VOTO CASTIGO PARA LA ANR. Sin dudas, el gran castigo en esta elección fue para el Partido Colorado y el presidente de la República.
En primer lugar, aparece Horacio Cartes en la lista de los mariscales de la derrota, no solo porque asumió una agresiva jefatura de campaña en el último tramo electoral sino porque él mismo dijo que esta elección era un plebiscito a su gestión. “Sin dudas es un gran referéndum”, dijo a una agencia internacional. Un desacierto político sin límites porque un presidente no puede asumir los errores de un intendente. Pero lo dijo y ahora debe asumir sus palabras y sus acciones.
Además, hay otra lección para Cartes y los colorados: el dinero ayuda y mucho, pero no lo es todo.
En este tren, estas elecciones fueron un duro golpe para los caudillos colorados, como el clan Samaniego en Capital; los líderes del Sur como el vicepresidente Juan Afara, el titular de Yacyretá, Juan Schmalko y el gobernador Luis Gneiting quienes perdieron Encarnación, la hazaña política más impactante de esta elección porque en Asunción la alternancia no es novedad.
Para completar esta catástrofe, Afara perdió en su propio pueblo, María Auxiliadora.
OTRO GOLPE PARA GALAVERNA. Al senador nada le está saliendo bien últimamente. Le fue mal en las internas con Marito Abdo y su hijo Nano perdió en Ypacaraí. Tampoco está logrando reincorporarse al entorno presidencial, y junto a Enrique Bachetta y Julio Velázquez, forman el trío de los radiados cartistas.
Entre los golpeados está el clan Núñez, que perdió en Villa Hayes. El asesor político palaciego Bachi Núñez sigue buscando las razones de estas derrotas.
EL ESTE DIO LA NOTA. Javier Zacarías Irún puede presumir frente al resto de los caudillos. La victoria de su esposa Sandra, quien fue reelecta en Ciudad del Este le da más poder en el Palacio. Incluso ya se menciona a la misma como eventual candidata a vicepresidenta de una dupla oficialista.
EN EL FREEZER. Los resultados adversos en las principales ciudades pone en remojo el plan de reelección de Cartes que impulsa un sector. Pero como en política las victorias ni las derrotas son totales, este panorama beneficia a los disidentes que buscarán rearmarse. Se sabía que una victoria contundente de la ANR era sólido cimiento para poner en escena la reelección presidencial.
También Cartes gana con esta derrota. Los caudillos ya no tienen el peso para exigir pedazos de la torta del Estado como prenda de cogobierno.
Entre análisis apresurados, denuncias de traición, la ANR evalúa su desempeño en medio de una ausencia de liderazgo.
Y aunque no se hable del 2018 este momento, hay potenciales candidatos como Marito Abdo, Afara y Nicanor Duarte.
LA OPOSICIÓN. La victoria de Mario en Asunción y en varios distritos dio oxígeno al PLRA. Aparte de la estrategia de apoyar a un outsider en Capital, el gran mérito del triunfo liberal son las dirigencias locales.
Al Frente Guasu de Fernando Lugo no le fue nada bien, sobretodo en Asunción, donde retaceó el apoyo a Mario y quedó fuera del carro de la victoria. Además no metió un solo concejal.
La primera medida que adoptó fue abandonar la presidencia del FG y trabajar su reelección presidencial buscando una base electoral más amplia, dando a entender que el FG es un corset ideológico limitante.
MORALEJAS. Estas elecciones dejan dos mensajes muy claros. Para la ANR que el dinero no lo es todo, más aún cuando el candidato es absolutamente impresentable como Roberto Cárdenas. La otra lección para la oposición es la alianza, fórmula con la cual dieron golpes contundentes en Asunción, Encarnación y numerosos distritos.
Y el gran protagonista: el elector, que más allá de los bombardeos mediáticos y dinero buscando torcer su voluntad, castigó a quienes especialmente lo merecían, desobedeciendo la orden celestial de sus iglesias que vanamente intentaron meter la cola del diablo en un pleito netamente cívico.