25 abr. 2024

Una alianza con sabor a tutelaje

En medio de la algarabía por los frutos de la justicia ciudadana que provocó la autoexpulsión del diputado José María Ibáñez (6 de agosto), del poderoso senador y padrino de la mafia judicial Óscar González Daher (29 de agosto), y un tercero en lista de espera, Jorge Oviedo Matto, brisas diferentes en el Ministerio Público y en el Poder Judicial, el Gobierno de Mario Abdo Benítez está capitalizando esta situación que no es el resultado de acciones directas del Poder Ejecutivo.

Hace 17 días que asumió la presidencia de la República y, aunque no generó demasiadas expectativas por un gabinete discreto, casi deslucido, y con algunos personajes averiados ocupando altos cargos, sin embargo, está capitalizando los cambios mientras intenta estabilizar el barco del Gobierno, que parece no haber encontrado aún su rumbo fijo. “La tormenta de Santa Rosa hoy no se ve, pero se siente”, se refirió en tono triunfalista y metafórico a la caída del ex senador luqueño.

En medio de este escenario difuso, hay una agenda nada oculta que parece empezar a cumplirse y que se enmarca dentro de los intereses norteamericanos en el país y en la región.

ALIANZA CON SABOR A TUTELAJE. La candidatura de Mario Abdo tuvo desde el inicio el guiño del Tío Sam, apenas empezó a hacerle frente a Horacio Cartes. La primera señal fuerte fue el toque de atención de la Embajada de EEUU sobre la enmienda para la reelección, que generó tensión diplomática.

Durante la campaña y tras su elección como presidente, Mario Abdo ha sido un asiduo visitante del país del norte. Se muestra y se deja mostrar con el embajador Lee McClenny en aparentes encuentros casuales. En su asunción de mando vinieron pesos pesados del Gobierno de Donald Trump, como Wilbur Ross, el poderoso subsecretario de Comercio; Juan Cruz, asesor especial del presidente para Latinoamérica, y Michael Fitzpatrick, subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, quien fue ministro consejero de la Embajada de los EEUU en Asunción entre el 2006 y el 2009. Posteriormente, visitaron el país expertos en lavado de dinero, el principal tema de interés de EEUU, porque es una fuente de financiamiento para el terrorismo.

En este contexto, hay un reclamo fuerte del Norte: en Paraguay, a pesar de ser un centro de lavado de dinero y de narcotráfico, como señaló un duro informe en el 2017, no hay un solo pez gordo preso por lavado de dinero. Por ello, y a pesar de adecuaciones en la legislación, existe el riesgo de volver a la lista gris de no cooperantes para la erradicación de lavado de activos del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), cuyas consecuencias impactan en todos los órdenes.

La protección del entonces presidente Cartes a Darío Messer, uno de los capos del lavado, y el caso del libanés Assad Barakat, considerado un financista del terrorismo por EEUU, ambos con ciudadanía paraguaya revocada tras escándalos, solo empeoraron la imagen del país. Messer está prófugo y Barakat también, pero este último se pasea con pasaporte paraguayo calentito que le fue expedido por la Policía el 10 de abril de este año, a pesar de que ya en el 2003 se le revocó la ciudadanía paraguaya. Un tema en el que se pasan la pelota la Policía y la Corte Suprema de Justicia, en un marco vergonzoso que solo demuestra cómo opera la red mafiosa en el país, con la complicidad de las instituciones del Estado. ¿Quién miente aquí?

La denuncia de la escandalosa expedición de pasaporte paraguayo a Barakat, sobre quien pesa una nueva orden de captura, fue otro punto clave de la agenda de EEUU. Lo dijo muy coloquialmente Emmanuel Ottolenghi, director de la Fundación por la Defensa de la Democracia de EEUU: “Nota roja del Poder Judicial paraguayo contra el financiero de Hezbollah Assad Ahmad Barakat. Lo que no se pudo lograr durante muchos años se cumplió en menos de una semana. Con voluntad política sí se puede. Adelante, Marito Abdo”, festejó en la red social Twitter, en indisimulada crítica a Cartes.

El Ministerio Público y el Poder Judicial son los principales responsables de la inacción en la lucha contra el lavado de dinero. La caída de González Daher, uno de los padrinos más poderosos de la mafia judicial, puede liberar cadenas para atrapar a los primeros culpables.

“González Daher estuvo siempre sospechado, observado, monitoreado, pero a la vez cajoneado por protección de su grupo. Se perdió la protección y quedan los archivos que se activarán para romper, para enviar el mensaje. Se quieren dar señales concretas para demostrar que se dio la vuelta la página que compromete nuestra calificación en GAFI”, señaló una fuente oficialista. Hay otros en la lista del Gobierno y aquí sobresale la figura del senador cartista Javier Zacarías Irún, quien ha reinado en el Alto Paraná por décadas. La región está en el centro de la sospecha de la Triple Frontera, considerada área roja en materia de lucha antiterrorista.

¿EL BLANCO ES CARTES? Hombres de Cartes han señalado en más de una ocasión que el objetivo de EEUU es cazar al ex presidente y que en ese interés coincide Mario Abdo. Sería como matar a dos pájaros de un tiro. El Norte se lleva una presa importante y el presidente se saca de en medio a su adversario más poderoso. “Marito busca afuera lo que no tiene adentro”, evaluó un político conocedor del mundo diplomático refiriéndose a su débil gobernabilidad y agregó que “él necesita destruir a HC para gobernar tranquilo, porque no hay otra figura en la ANR que hoy le pueda hacer frente”.

Para abonar esta tesis, fue llamativa la durísima declaración del senador Rodolfo Friedmann, uno de los hombres más cercanos al presidente, en la sesión del Senado del pasado jueves. “Cuando hablamos del capo mafioso que encabeza el tráfico de cigarrillo internacional y el lavado de dinero, es esta persona que hoy está queriendo llevar el debate a otro campo”, se refirió a Cartes. Y desafió a la Fiscalía, “que hoy se está lavando la cara, pues que investigue a todos, que tenga coraje y valentía de investigar a Cartes, a López Moreira y a José Ortiz, porque nadie puede justificar a alguien que hizo USD 1.200 millones en 20 años”.

Desde el Gobierno rechazan el título de tutelaje, pero una fuente admite la cooperación estrecha con EEUU. “Estamos acompañados”, edulcoró la relación y admitió que hay presión desde el Norte para empezar a castigar el delito del lavado de dinero. “Ya no vamos a poder mantener relaciones cordiales sin resultados”, alertó señalando que donde hay que desatar el nudo es en el Poder Judicial, histórico protector de la mafia de todos los órdenes.

El Gobierno está dando una importancia superlativa a la Secretaría de Prevención de Lavado (Seprelad), cuyo informe fue fulminante para acorralar a González Daher y obligarlo a renunciar bajo presión ciudadana. Pero la lista continúa y no solo son los legisladores procesados por corrupción. Se habla de una nómina de personas vinculadas a la mafia del lavado que seguirán cayendo. “Aquí hay de todo, políticos, magistrados y empresarios”, dio pistas.

Con el tutelaje del Norte, una ciudadanía hastiada y cada vez más demandante que logra históricas condenas vía juicios populares, una Fiscalía que envía señales de autonomía y una Justicia acorralada, Mario Abdo va guiando el barco, en medio de olas que no le permiten lograr aún una velocidad de crucero.

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