Por Rosalía Ciciolli
El oficio de la zapatería, por lo general, se transmite de generación en generación dentro de una familia, pero Juan Isidre rompió el molde y sin tener antecedentes familiares se volvió un artista de los calzados, casi por accidente, tras viajar a Buenos Aires, siendo muy joven en busca de mejores horizontes.
Todo ocurrió para él por casualidad, empezando de abajo, estudiando y formándose en Buenos Aires, en donde decidió estudiar diseño de calzados, para poder superarse y abrirse camino en este antiguo oficio.
La historia de Juan se inició cuando decidió emprender viaje a la capital argentina, en busca de nuevos horizontes, cuando solo contaba con 24 años de edad. Una vez allá, se instaló en la casa de un tío, quien sin imaginarlo signaría el camino de Juan.
Hoy, Juan relata que a su tío se le ocurrió llevarlo un día a una de las grandes fábricas de calzados que había en Buenos Aires, en donde él trabajaba, para que su joven sobrino observara cómo era el proceso de elaboración de los calzados.
Fue tanta la suerte de Juan, que se quedó a trabajar en la fábrica como ordenanza, ordenando papeles. Con el tiempo, fue aprendiendo del oficio observando cómo los demás trabajadores elaboraban los zapatos en serie, mediante grandes maquinarias. Ese aprendizaje empírico le llevó a escalar dentro de la empresa y a ser trasladado a la zona de fabricación de los calzados, en donde aprendió aún más sobre este noble oficio.
“Entré a la fábrica a trabajar de secretario, no sabía nada, no tenía ni noción de cómo se hacía un zapato. Ellos me empezaron a guiar y me enseñaron muchas cosas y me recomendaron que estudiara diseño de calzados y me recibí de diseñador”, comenta ahora Juan, mirando en retrospectiva.
Mediante su formación empírica dentro de la fábrica de zapatos y luego su diploma de diseñador, convirtieron a Juan en un “zapatero completo” –según él mismo se describe–, en una especie de artista del calzado, pues no solo elabora los zapatos en su taller, sino que además los diseña y les impregna su toque personal.
Regreso al terruño. Tras permanecer 17 años en la Argentina, en donde pudo estudiar, trabajar y formar una familia, Juan decidió volver a Paraguay e instalarse de vuelta en su ciudad, Fernando de la Mora. A su regreso, en 2018, ingresó a trabajar a una fábrica de calzados local, en donde ayudaba a preparar las colecciones de invierno y verano, que se presentaban en los desfiles de moda. Aún cuando trabajaba en la fábrica local, comenzó a recibir pedidos de zapatos personalizados, de algunos clientes que traían modelos de calzados sacados de algunas revistas o catálogos y le solicitan a Juan que lo hicieran a medida para ellos.
Transcurrida la pandemia, en 2021, viendo la alta cantidad de pedidos que tenía, a los que ya no podía responder, decidió renunciar a la fábrica y lanzarse como diseñador y zapatero a medida. Fue así que, al poco tiempo, creó su marca personal, Isidre Calzados, y logró abrir una pequeña zapatería.
un influencer. Para darse a conocer, Juan grabó un video de cómo elaboraba sus calzados y lo colgó en la red TikTok, que logró una gran cantidad de vistas y lo hizo famoso. Luego abrió una cuenta en Instagram, que ahora ya cuenta con 42.000 seguidores. Así, se convirtió en influencer también sin esperárselo.
Juan Isidre comenta que trabajar de zapatero no es lo mismo que crear una pequeña empresa, en donde todo pasa por él, pues tiene que dirigir y, a la vez, coordinar los pedidos recibidos y fabricarlos, junto a sus tres colaboradores.
El emprendedor tuvo que recurrir a varios créditos personales para poder montar su pequeña fábrica con las maquinarias básicas para la elaboración de los calzados a pedidos. Además, esos recursos le ayudaron con el tiempo a abrir su pequeña tienda de calzados, en donde ofrece sus creaciones.
Juan dice que sueña con que en Paraguay se abra alguna escuela técnica de diseño de calzados, similar a donde él estudió en Buenos Aires y espera que no transcurra mucho tiempo para que ese sueño de más lugares para estudiar el oficio se haga realidad.