La obra se trata de un trabajo de cuatro años de Antonio V. Pecci y Alcibiades González Delvalle, por iniciativa de Gilberto Rivarola, para el rescate y la edición de los textos escritos por don José Asunción en su última etapa de vida, en 1970, en su exilio en Buenos Aires.
En el mismo el gran músico paraguayo narra aspectos de su vida y, sobre todo, cómo se gestó la Guarania, su labor en el ámbito de la Banda de Policía donde inició sus estudios musicales, sus primeras creaciones como Jejui, Arribeño resay, Ñasaindýpe, Ka’aty, India.
Así también, su amistad con el vate guaireño Manuel Ortiz Guerrero, quien impulsó decididamente el nuevo género musical y compuso versos para obras como India, Panambi vera, Ne rendápe aju, Paraguaýpe, Kerasy, que elevaron el nivel artístico constituyéndose en verdaderos clásicos de la música paraguaya.
El compositor se explaya también sobre vivencias en la Guerra del Chaco, su afán de jerarquizar la Guarania llevándola al plano sinfónico con obras destacadas como María de la Paz, Pyhare pyte, Ñanderuvusu, India, Ñemity, ya en su estadía en Buenos Aires, donde residirá hasta su muerte.
El volumen contiene, además, una biografía del músico, opiniones de más de 50 personalidades destacadas y un listado completo de sus obras. La edición en tapa blanda de 258 páginas ha sido posible gracias al apoyo del Fondec. Con el apoyo del Ateneo Cultural José A. Flores.
Biografía del artista. José Asunción Flores nace en Asunción un 27 de agosto de 1904. El niño es registrado como José Agustín, hijo de Magdalena Flores, en la Chacarita. A partir de los siete u ocho años trabaja como vendedor de diarios y lustrabotas para ayudar a la madre.
A los 12 años ingresa a la Banda de Policía, a las órdenes del director, el italiano Nicolino Pellegrini. Allí integra una banda lisa y comienza sus estudios de teoría y solfeo, adelantándose muy pronto a sus compañeritos.
Luego, Flores integra la banda como bombardino y tiempo después como trombonista titular. Estudia violín en el Instituto Paraguayo y continúa investigando sobre la música popular existente en la época, que halla muy abandonada.
En 1928 conoce a Manuel Ortiz Guerrero, destacado poeta, con quien inicia una nueva y calificada etapa de producción dando a luz entre ambos a piezas emblemáticas como India, con nueva letra; Kerasy, Panambi vera, Buenos Aires, Salud, Paraguaype y Ne rendápe aju. Hasta que la muerte del poeta, en 1933, interrumpe ese ciclo y Flores parte a Buenos Aires a buscar nuevos horizontes para su música.
En la capital porteña crea la célebre Orquesta Ortiz Guerrero, con la que actúa con gran éxito de público en teatros y radios y grabando discos para el sello Odeón. El nuevo ritmo musical logra triunfar en Buenos Aires, sede de muchos artistas paraguayos, quienes interpretan las canciones de ese genuino estilo nativo paraguayo.