Hace un tiempo sobreviven de changas y de la pesca. Lo más preocupante es que a esta situación se suma la nula presencia del Estado en materia de salud y educación: Precisan de una deslizadora para trasladar a enfermos en caso de urgencias y de becas de estudio para asegurar la formación de sus hijos, que todavía asisten a una institución educativa de la zona.
La comunidad Calería Guyratî, distrito de Itacuá (Concepción), está ocupada por 23 familias nativas, asentadas a la vera del río Paraguay.
Desde que la empresa Calería Guyratî SA cerró hace casi cinco años –por cuestiones financieras– los pobladores se quedaron sin trabajo, entre ellos este pueblo originario.
La villa se encuentra a orillas del lecho fluvial, por lo cual el sustento se basa en pescados. En ocasiones, los varones viajan cada día 8 kilómetros hasta Itacuá para trabajar como estibadores. “Ellos van a Itacuá a cargar camiones, ahora no hay problema porque no llueve; sin embargo, en época de lluvia ya no hay trabajo”, comentó Estela Cardozo, lideresa de la comunidad.
Dijo que el intendente local, Alfonso Bell, les apoya a las mujeres de su comunidad con la limpieza de la comunidad.
Cardozo recalcó que precisan de la asistencia del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), más aún con el cambio de gobierno que se avecina, ya que la actual administración de ente rector brilla por su ausencia en la zona.
Así también, esperan que el nuevo gobierno del flamante presidente Santiago Peña les provea de estímulos para que sus hijos sigan estudiando sin contratiempos, ya que todos acuden a la escuela y colegio de la comunidad. “Nuestros hijos necesitan ayuda, ninguno tiene beca para estudiar”, señaló.
Otra necesidad pasa durante la época de lluvia: No hay salida por tierra y precisan una deslizadora para evacuar por agua a los enfermos graves. JR