15 may. 2025

Trabajadores celebran su día en medio de alto índice de informalidad laboral

El 62% de las unidades económicas del Paraguay operan en la informalidad, según datos del INE. Este flagelo limita el acceso a la seguridad social de los trabajadores, que hoy festejan su día.

Informalidad. Los índices del trabajo no formal se elevaron en países latinoamericanos, Paraguay entre ellos, según el BM.

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El 62% de las unidades económicas en Paraguay operan en la informalidad, un porcentaje que sigue representando un grave problema y que pone trabas en el camino hacia el desarrollo económico efectivo del país. Además, la alta informalidad constituye una gran limitante para la formalización del empleo y el acceso a los derechos laborales, seguridad social y otras prestaciones.
Según revela la Encuesta Permanente de Hogares del cuarto trimestre del 2024, elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), Paraguay cuenta actualmente con 2.996.000 personas ocupadas, es decir, ciudadanos que realizan alguna actividad económica al menos una hora por semana. De este total, 1.691.000 son hombres y 1.305.000 mujeres.

En contraste, el número de personas que están desempleadas –aquellas que buscan trabajo sin éxito– asciende a unas 142.000, o sea un 4,6% de la población económicamente activa, distribuidas casi equitativamente entre hombres y mujeres.

El análisis del mercado laboral revela que más del 60% de los trabajadores se desempeñan en el sector terciario, que incluye comercio, restaurantes y servicios.

Un 21% trabaja en el sector secundario, es decir, industria manufacturera y construcción, mientras que el sector primario, que abarca agricultura, ganadería, caza y pesca, emplea solo al 16% de los trabajadores, cifra que disminuye año tras año.

Desafío. Al desglosar los datos de la Encuesta de Hogares del cuarto trimestre del 2024, Iván Ojeda, director del INE, reiteró que uno de los principales desafíos que enfrenta el país es la alta informalidad laboral. “El 62% de las unidades económicas en Paraguay son informales”, indicó Ojeda.

Añadió que esta cifra está por encima del promedio regional, que se sitúa en torno al 55%, aunque por debajo de países como Perú (74%). En contraste, Uruguay y Chile muestran los índices más bajos de informalidad, cerca del 25%.

Desde el 15 de agosto de 2023 hasta principios de 2025, se generaron más de 100.000 nuevos ocupados, que no implica que todos accedieron a empleos formales. Por esto, Ojeda explicó que el concepto de “ocupado” incluye tanto a trabajadores con empleo formal como a quienes realizan actividades ocasionales, sin vínculo laboral ni aportes a la seguridad social.

En cuanto al empleo formal, se registran 1.503.000 asalariados: 279.000 en el sector público y 1.224.000 en el sector privado. Este último sector es considerado el motor de la economía paraguaya. Del total de asalariados privados, 834.000 son hombres y 390.000 mujeres, lo que refleja una marcada brecha de género en el ámbito laboral.

Ojeda también se refirió a fenómenos como el crecimiento del trabajo en plataformas digitales, como los repartidores en motocicleta, que si bien generan ingresos, muchas veces se desarrollan en condiciones precarias y sin protección laboral.

El INE mide este fenómeno bajo la categoría de subocupación por insuficiencia de tiempo, que incluye a personas que trabajan menos de 30 horas semanales y buscan activamente aumentar su jornada sin éxito.

A pesar de los desafíos, Ojeda se mostró optimista sobre el futuro económico del país: “Paraguay es uno de los tres o cuatro países de la región con mejores proyecciones de crecimiento y cuenta con grado de inversión, lo que lo posiciona entre los 60 países más atractivos para la inversión mundial”, significó.

LAS CIFRAS DEL EMPLEO EN PARAGUAY.png

Sindicalización llega solo al 6,7%
De acuerdo con un artículo que aborda la situación de los sindicatos en América Latina, publicado por la agencia EFE, Paraguay apenas alcanza un 6,7% de trabajadores sindicalizados, mientras enfrenta una gran debilidad organizativa por la informalidad, la baja industrialización y la desconfianza ciudadana. El informe señala que el sindicalismo latinoamericano enfrenta uno de sus mayores desafíos históricos ante Gobiernos de orientación liberal, reformas laborales restrictivas y el avance de la informalidad. Entre la confrontación, la adaptación y la pérdida de poder, los sindicatos latinoamericanos se reinventan o se diluyen en un escenario cambiante y desigual. Mientras, a nivel local, los trabajadores siguen luchando para acceder al derecho a la sindicalización, contemplado en la Constitución, pero que sigue siendo sistemáticamente ignorado por el Gobierno, indica.

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