09 oct. 2025

Titanes de la lírica, Caruso y Callas

María Gloria Báez

Escritora

Enrico Caruso, cuyo nombre era Errico Caruso, nació el 25 de febrero de 1873 en Nápoles, hace 150 años. Creció en una familia de escasos recursos. Desde los diez años compaginó el trabajo de mecánico con actuaciones puntuales como cantante callejero así como en el coro de la iglesia. En 1891 comenzó su formación con el maestro Guglielmo Vergine quien al oírlo por primera vez no fue optimista:…”È ‘na voce ‘e niente … “(es una voz y nada más), dijo. Pero la perseverancia de Caruso pronto daría sus frutos.

Debuta oficialmente en 1894 en el Teatro Nuovo de Nápoles en la ópera “L’amico Francesco”, de Mario Morelli. Cuatro años más tarde iniciaría uno de los capítulos más prometedores de su carrera con los estrenos mundiales en el Teatro Lírico de Milán de óperas como L’Arlesiana (1897); Fedora (1898) y Adriana Lecouvreur (1902). También en 1902 debutó en el Covent Garden de Londres con la ópera Rigoletto.

La singularidad de la voz de Caruso llegó al escenario en el momento perfecto: cuando se estaba produciendo el tránsito del tenor romántico al tenor verista, que requería voces casi inquebrantables. Pero también coincidió con los inicios de la fonografía. El 11 de abril de 1902, en una tarde soleada, Enrico Caruso entró al Grand Hotel de Milán. Dos horas y 10 canciones después, el tenor napolitano se marchaba con un cheque equivalente a cinco meses de salario y el mundo de la música nunca volvería a ser el mismo. Esas primeras grabaciones se lanzaron justo antes de que Caruso hiciera su debut en el Metropolitan Opera vendiendo más de 1 millón de copias. Ese, será el día que cambió la industria discográfica.

Caruso disfrutó de un inmenso éxito al grabar más de 250 discos. ¿Qué atributos son responsables del éxito de Caruso? Según el Dr. William Lloyd, especialista laringólogo de Caruso en Londres, relataba lo siguiente:… “Un pecho grande, una boca grande, 90 por ciento de memoria, 10 por ciento de inteligencia, mucho trabajo duro y algo en el corazón. La longitud de su tubo vocal, la distancia desde los dientes frontales hasta las cuerdas vocales, era al menos media pulgada más larga que la de otros tenores, y la longitud de sus cuerdas vocales era un octavo de pulgada más larga.”… Se sabe que Caruso tenía una enorme capacidad pulmonar, suficiente para sostener una nota durante cuarenta segundos o más. Asimismo, el Dr. Lloyd relataba que al respirar profundamente, Caruso podía expandir su pecho para poder empujar un piano unas pulgadas sobre una alfombra.

La musculosa voz de Caruso creó un nuevo tipo de tenor que llegó a redefinir algunos elementos de la estética del Bel Cantol: no solo su voz era muy flexible, sino que su sonido macizo podía resonar fácilmente frente al sonido de la orquesta de óperas veristas. Sus decisiones interpretativas, el método vocal y el repertorio que defendió tuvieron un impacto en la tradición vocal de las generaciones futuras. La comparación de sus grabaciones con los tenores Fernando de Lucia, Giuseppe Anselmi y Alessandro Bonci muestra un contraste en los estilos de “la vieja escuela” y el enfoque “más directo” de Caruso. Una colección de documentos históricos de quienes lo sucedieron incluye muchas biografías, reseñas y citas para demostrar el alcance de su influencia. Las grabaciones también muestran un movimiento hacia “el sonido Caruso”. Figuras legendarias del canto, como Jussi Bjoerling, Franco Corelli, Richard Tucker, Mario Lanza y Luciano Pavarotti fueron influenciados por el gran tenor. Si bien, han pasado más de 100 años desde que cantó en su última actuación, continúa inspirando a los cantantes hasta el día de hoy, a través de sus grabaciones y el legado transmitido por muchas generaciones. Él es el tenor ideal, la vara de medir a seguir por todos los tenores que continúa hasta el día de hoy.

Aunque su carrera fue truncada por su prematura muerte a los 48 años, el 2 de agosto de 1921 en Nápoles, dejó un legado en la ópera. Su voz, no solo por el tono dorado, sino por su interpretación magistral musical y dramática ha sido preservada en grabaciones y su influencia es evidente en la forma en que se aborda y se aprecia la música lírica en la actualidad.

Maria Callas

La otra legendaria figura, María Anna Cecilia Sofia Kalogeropoulos, conocida como María Callas, nace el 2 de diciembre de 1923 en Nueva York, cumpliría 100 años en 2023. Hija de inmigrantes griegos, pronto desarrolló un interés por el canto. Acompañada de su madre, abandona Estados Unidos en 1937 para estudiar en el Conservatorio de Atenas con la soprano Maria Trivella y posteriormente bajo la tutela de la destacada cantante española de coloratura soprano Elvira De Hidalgo. Debutó como amateur en Atenas en 1938 en el papel de Santuzza en Cavalleria rusticana y profesionalmente en 1942 en el Teatro Lírico Nacional de Atenas con la Opereta Bocaccio. El 2 de agosto de 1947, debutó en el Teatro Nacional de Ópera de Verona, interpretando el papel protagónico en La Gioconda, de Amilcare Ponchielli. Este debut llamó la atención de otros prestigiosos teatros italianos recibiendo reconocimiento internacional y rápidamente se convirtió en una de las sopranos más destacadas de la época. Bajo la tutela del director Tullio Serafin, debutó en Venecia , Turín y Florencia . En 1949 se presentó por primera vez en Roma, Buenos Aires y Nápoles y en 1950 en la Ciudad de México. En 1949, interpretó a Brünnhilde en la ópera Sigfrido, de Wagner. A partir de entonces, Callas fue invitada a actuar en los principales teatros de ópera del mundo.

En Italia, sus admiradores llamaban a Callas La Divina porque reinaba como una diosa en la ópera. El gran director de orquesta, músico y compositor Leonard Bernstein, se refería a ella como “La Biblia de la Ópera”. Tenía una llama en el alma que salía en el escenario. Su poderosa voz de soprano capaz de sostener roles tanto líricos como de coloratura e intensamente dramática. La voz de Callas tenía un trasfondo único al igual que otras grandes cantantes, sin embargo, la suya era instantáneamente reconocible, aunque difícil de clasificar como soprano dramática o soprano coloratura, debido a que cantaba ambos registro con su sello personal. Se destacó por su versatilidad y por su habilidad para abordar una amplia gama de roles, desde los más dramáticos hasta los más líricos.

A través de su notable habilidad para transmitir un carácter específico a través de una voz de asombrosa gama de colores y la habilidad de combinar una técnica de coloratura impecable con peso. Dueña de una voz poderosa y expresiva, combinada con el profundo estudio de los personajes que interpretaba, la convirtieron en una figura icónica de la ópera. A lo largo de su carrera, Callas interpretó numerosos roles en óperas de compositores como Giuseppe Verdi, Vincenzo Bellini y Gaetano Donizetti. Sus interpretaciones de personajes, como Norma, Tosca, Medea y Violetta Valéry se consideran legendarias y han sido ampliamente aclamadas. Además de su virtuosismo vocal, Callas era conocida por su fuerte, magnética presencia escénica y su capacidad para dar vida a los personajes de manera convincente. La expresividad y dramatismo en el escenario la convirtieron en una artista única y en una referente para futuras generaciones de cantantes de ópera. Una apariencia glamorosa y un estilo de vida combinados con cancelaciones y peleas muy publicitadas, generaron un frenesí mediático y convirtieron a Callas en el epítome de la diva operística. El 8 de diciembre de 1973, Callas hizo una aparición en la Ópera de París, donde el público la aplaudió diez veces mientras subía al escenario. Al mismo tiempo grababa discos, impartía clases magistrales en The Julliard School of Music de Nueva York (1971-1972) dando recitales con el tenor italiano Giuseppe Di Stefano. Su última actuación fue el 11 de diciembre de 1974 en Sapporo, Japón. Hasta entonces, había cantado más de 40 papeles diferentes, exigentes y grabado más de 20 óperas completas.

A lo largo de su vida, Callas enfrentó desafíos y controversias, tanto en el campo artístico como en su vida privada, pero su legado artístico continúa siendo admirado y su influencia en el mundo de la ópera perdura; sigue siendo considerada una de las sopranos más influyentes y legendarias de todos los tiempos. Muchos historiadores y aficionados a la ópera creen que Callas cambió por completo el arte de la ópera. Ella transformó las ideas del público sobre el bel canto, especialmente en sus interpretaciones de obras de Bellini y Donizetti. A lo largo de su carrera, revivió algunas óperas que habían estado olvidadas durante décadas porque no habían artistas que pudieran hacerles justicia. Fallece en París en 1977 a la edad de 53 años.

María Callas y Enrico Caruso siguen siendo considerados titanes de la lírica. Ambos dejaron una huella imborrable en el mundo de la ópera y siguen siendo considerados como dos de los mejores intérpretes de todos los tiempos en sus respectivos roles.

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